Decisiones, Decisiones

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Loryann

Fuimos a almorzar a un encantador restaurante, con mesas exteriores puestas junto a una larga jardinera adornadas con lindas flores rojas. Mi madre estaba encantada con James y trataba de que Katie la viera como una posible abuela. Pero la jovencita, resultó ser una fierecilla que perturbaba a la doctora con cada comentario irlandés que soltaba.

—Dime Katie —decía mi madre —. ¿Te interesa alguna carrera profesional?

—Pues me interesa eso de ser modelo —responde la chica—. Se ve que es un "craic".

—¿Un qué? —preguntó la doctora con una expresión preocupada.

James soltó una risita antes de explicarle.

—Quiere decir que le parece divertido.

—Menos mal —comentó mi madre—. Pero me refería a una profesión. Abogada, empresaria... doctora.

—Madre —solté decepcionada de oír que ella no pensara que era una profesional.

—Ser modelo es una profesión algo sacrificada, Katie.

—Pero podré viajar y ver mundo.

—Puedes hacer lo mismo como doctora o abogada...

Hold yer horses, señora! Todavía tengo quince y quisiera probar algo que puedo comenzar desde ahora.

—¡Vaya! —exclamó mi madre—. Espero que al menos como modelo dejes esas expresiones tan... coloquiales.

James y yo nos reímos de la situación. Pero había algo que no me agradaba y si quería que la nueva actitud con mi madre diera resultado, tenía que explicarme.

—Madre; ¿realmente piensas que el modelaje no es un profesión?

—Querida. Para ser honesta, no lo creo —respondió con calma —. Pero sí creo que es un arte. Un arte muy elegante. Y realmente estoy ansiosa de verte mañana en la pasarela.

Bueno. No tengo palabras para rebatir esa lógica. Más bien, me convenció de que tenía razón. Así que añadí otro abrazo entre nosotras.

Luego de comer por un rato, mientras tomamos refrigerios, la doctora Shaw enfiló cañones hacia James.

—Señor Ward —dijo con esa voz calmada, que siempre me preocupa—. Después de esas declaraciones que hizo mi hija; ¿qué piensa al respecto? Creo que por la forma en que habló de usted, debería motivarlo a hacer algo para asegurarla.

—¡Mamá!

—¿Qué? —replica mi madre—. Solo hablaste de lo maravilloso que es él. Prácticamente le pedías el anillo.

Away from the fairies! —exclamó Katie, mirando a su padre, en ese acento irlandés tan pintoresco.

—¿Qué quieres decir con eso, niña?

Katie, no quiso contestar, solo se levantó y se excusa.

—Disculpen debo ir al jacks.

¿A dónde? —esta vez fui yo la que preguntó.

—Ahh. Al privado. ¿Al tocador? ¿Al...?

—¡Te acompaño, querida! —exclamé casi saltando de mi silla—.

Nos retiramos al tocador y cuando entramos, la chica entró al primer cubículo vacío. Esto me sorprendió, porque esperaba poder hablar con ella. Así que esperé calmada, arreglándome el vestido y retocando mi maquillaje, hasta que salió. Lo hizo calmada y en silencio y se acercó a mí con el rostro muy serio.

Ladrón de Besos(Completa)Where stories live. Discover now