Capitulo 02

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Vladimir

Sus ojos estaban sobre los míos mientras seguía con el delicioso rebote en mi miembro intensificando las emboscadas, la tomé de la cintura adentrandome más en ella hasta que un gemido salió de sus labios inundando cada lugar de la habitación.

Puso sus manos sobre mis hombros para no perder el equilibrio. Cuando sentí que estaba a punto de venirme intensifique más las emboscadas hasta que sentí como aquel líquido salió de mi llenando el condón.

Deje a la mujer pelirroja sobre la cama y me empecé a vestir para irme. Mi cuerpo ya estaba saciado de tener sexo.

-Yo todavía no he terminado- la mujer de la cual ya había olvidado su nombre se puso de pie quedando enfrente de mi.

-Pero yo sí- le sonreí abotonando mi pantalón y recoger mi camisa del suelo.

-Anda has que yo también termine- sus manos se posaron sobre la bragueta de mi pantalón queriéndolo quitar.

Sus labios fueron a los míos dándome un beso apasionado, aunque la detuve aventandola en la cama lo cual hizo que pusiera una expresión de miedo.

-He dicho que ya he terminado- termine de abotonar mi camisa y tomar el saco del suelo para salir de la habitación- si quieres puedes quedarte, ya pague la noche.

Cerré la puerta detrás de mi escuchando como la mujer comenzaba a maldecirme. En otra ocasión le hubiera incrustado una bala en el cráneo pero no tenía ganas de tener otro interrogatorio con la policía.

Al menos no por ahora.

En el estacionamiento me esperaban los hombres que se encargaban de mi seguridad, fue uno el que se me acercó y me tendió una carta.

-Esto le llegó en la mañana jefe- tome la carta entre mis manos.

Era de un color crema con algunos detalles dorados, al abrirla venía el recado que hace un año me había llegado pero por cosas de mi trabajo no pude ir.

La conmemoración de un aniversario más de que existe el mafioso.

-Prepara el jet- le devolví el sobre- iremos a Londres. Mi futuro territorio.

Comencé a caminar hasta mi coche, detrás de mi venían mis hombres revisando todo el perímetro.

-Por lo que he escuchado- comenzó a hablar Ivanov mi hombre con mayor confianza- hay una chica italiana que también quiere ese territorio. La conocen como la emperatriz de la mafia. Muchos hombres le temen.

-No me importa- negué- me la llevaré a la cama y la convencere de que no le conviene ese territorio. Ese lugar me pertenece.

-Pues al parecer aquella chica es un poco complicada- me abrió la puerta del coche en la que entre y después el dio la vuelta entrando- al parecer muchos hombres le temen por su manera de cobrar las deudas.

-No creo que sea más cabrona que yo.

-Dicen que es peor.

Bueno pues sería todo un reto que ganar, aunque no dudo que al final me la llevaré a la cama donde recorreré cada parte de su cuerpo hasta que se grabé mi nombre de tanto que lo gemira.

Y después la convencere de que aquel territorio me pertenece y una mujer no puede hacerse cargo de él. Por muy cabrona que sea no hay mujer que pueda sobrellevar este negocio mejor que un hombre.

Aquella emperatriz de la mafia caerá ante mis encantos al punto en que me suplique por tenerla en mis brazos.

-No creo que sea fácil que se la lleve a la cama- Ivanov me miró a través del espejo- también por lo que investigue de ella, dicen que es ella quien elige a los hombres con quién acostarse.

Dominio oscuro: La pasión encadenada (BORRADOR)Where stories live. Discover now