Esta historia te sumergira en un mundo de intriga y poder, donde dos almas chocan en medio de la peligrosa lucha por el control. En esta atmósfera cargada de misterio, la atracción entre los protagonistas crece como una llama en la oscuridad, desafi...
Mire a través de la ventana sintiendo como la sangre me hervía, estaba a punto de explotar. No es posible que estos dos par de idiotas se hayan metido en la boca del lobo sin siquiera llevar seguridad.
¡Son gemelos!¿Que me podía esperar de ellos cuando claramente comparten la misma neurona?
-Violeta nosotros- interrumpí a Dario antes de que comenzará a hablar.
-¿Son idiotas o que?- volte a verlos con una mirada de enojo- ¿Cómo se les ocurrió ir a la casa de Vladimir?¿Creen que no puedo resolver esto por mi propia mano?- se quedaron en silencio-¡Joder! Ahora por su culpa me acabo de echar al cuello un nuevo enemigo. Uno que por el momento no necesitaba. Estaba planeando hacerle una oferta para que desistiera de querer pelear por el territorio de Londres. ¡Pero ahora por su jodida culpa tendré que pelear contra un ruso solo para tener un lugar que me pertenece por ley! ¡Digan algo figlio di puttana!
Volví a mirar por la ventana del coche viendo como pasábamos los edificios.
-Lo sentimos- no supe cuál de ellos lo había dicho- solo queríamos hacer algo para que se te facilitará obtener este territorio.
-Pues lo empeoraron todo- negué rodando los ojos.
-Hemos llegado a la mansión- aviso Steven abriendo la puerta del coche para mí.
Necesitaba tranquilizarme, estar tranquila y no seguir hablando cuando en realidad era mi enojo quien decía todas esas palabras.
-Diez botellas de vidrio en el jardín trasero con una pistola- pase una mano por mi cabello.
Nada me tranquilizaba más que escuchar el sonido de una arma al jalar el gatillo, eso o ver la sangre correr por el cuerpo de las personas mientras se esparce abriéndose camino por el suelo o por el cuerpo sin vida de algún ser.
Pero por ahora solo desataria mi enojo contra unas simples botellas de vidrio.
-Señorita- una de las sirvientas me llamo- sus padres la esperan en la sala.
-¿Están aquí?- asintió.
Joder. La regañiza que me esperaba por haber matado a ese hijo de puta que ofendió a mi madre.
Entre a la sala encontrándome a mis padres sentados en el sillón para dos personas mientras detrás de mi venían los gemelitos negociantes con la cabeza baja.
Pasaron por un lado mío sentándose en el sillón para tres personas mientras yo me sentaba en el individual cruzando las piernas y brazos.
-¿Por qué vinieron hasta aquí?- pregunté ya sabiendo la respuesta.
Mis padres compartieron una mirada, aunque no eran como las que comúnmente se compartían de esas empalagosas como si estuvieras viendo a unos recién casados sino una de preocupación.
-Estas entre las diez personas más buscadas del mundo- fue lo que dijo mi madre.
-¡Genial!- sonreí de lado-¿En qué lugar estoy?
-Esto no es una broma Violeta- negó mi padre con voz autoritaria la cual usaba muy pocas veces- ¿Sabes por qué estás entre esas diez personas?
-Quizas por todo lo que he hecho- con esa noticia me habían elevado no solo el humor sino también el ego- soy la mejor torturando, matando, comercializando el hachis, cocaína, armas, lavando dinero y creando rutas para mis embarcaciones sin que la policía me las confisque. Tengo una cadena de hoteles al igual que una de ropa y zapatos. Tengo tres jets privados al igual que cinco yates. Ya perdí la cuenta de todas las propiedades que tengo bajo mi poder no solo en Italia sino también en todo el mundo. Soy dueña del mercado italiano, marroquín y futuramente también de Londres. Mis enemigos me temen al verme por las calles. Soy amiga de los hombres más poderosos de Alemania, Japón, China y Atlanta. Mis enemigos y la gente que está metida en este negocio me conocen como la emperatriz de la mafia italiana. Ninguna de mis embarcaciones a sido descubierta por la policía. Tengo más de cincuenta billones de euros en mis cuentas bancarias y sin contar con las de Estados Unidos. He matado a más de cien personas, tengo bajo mi poder a los mejores francotiradores del mundo, mi armamento es de los mejores- solté una risa- solo me falta decir que soy la futura reina de Inglaterra.
Muchas de esas cosas las había conseguido por mérito propio y otras porque mi madre me las había heredado en vida.
Pero ahora aumentaba a mi lista de logros el ser una de las diez personas más buscadas y peligrosas en el mundo.
-Esto es serio Violeta- mi madre me miró con seriedad- si haces algo más la policía te detendrá. Aquel hombre al que mataste era hijo de unos millonarios aquí en Londres que hicieron que te convirtieras en la mujer más peligrosa del mundo y tus asesinatos ya salieron a la luz. Solo que no te los pueden comprobar.
-¿Y dónde está lo malo?- enarque una ceja.
-Que si vuelves a cometer un asesinato no puedes volver a dejar rastro de que tú lo hicisteis- mi padre respondió a mi pregunta- tendrías que desaparecer todas las pruebas que queden o simplemente dejar de matar a personas.
-Saben que no puedo dejar de hacer eso- negué ante su última frase- aunque suene algo psicópata me gusta ver correr la sangre. Eso antes me causaba miedo pero ahora me da satisfacción.
-Ya sabes lo que debes de hacer Violeta- finalizó mi madre poniéndose de pie- nos tenemos que ir, tenemos una junta con viejos amigos.
-Nosotros también ya nos vamos- se levantó Matteo seguido de Dario- en unas horas sale nuestro vuelo y no lo queremos perder.
Mis padres salieron primero dejandonos a mis hermanos y a mi en la sala. Dejaría mi maldito orgullo por algunos cortos segundos solo para decir unas pocas palabras.
Me puse de pie llegando junto a ellos quienes tenían la mirada perdida en alguna parte de la habitación.
-Hey- les llame captando su atención- gracias por tratar de hacerme obtener Londres sin que tuviera que mover un dedo- sonreí de lado- vuelvan con cuidado.
-Sabes que nunca haríamos algo que te perjudicará- Dario me dio un beso en la mejilla como despedida.
-Si necesita ayuda para terminar con Vladimir solo mándame un mensaje- Matteo hizo lo mismo que Dario dándome un beso en la mejilla.
Salieron de la habitación dejándome sola.
Me volví a sentar en el sillón individual.
Tratando de asimilar todo lo que hoy había pasado.
Casi mataban a mis hermanos. Me gane un nuevo enemigo y por lo que pude investigar era un hombre poderoso y muy temido, pero obvio no más que yo. Ahora yo estaba entre las diez personas más buscadas del mundo por ser tan peligrosa.
Ahora solo debía investigar con mis contactos en qué lugar de personas más buscadas estaba. Por qué si o si tenia que estar en el número uno.
Si hago algo, lo tengo que hacer bien y no quedarme con mediocridades.
Porque si estaba en segundo lugar mataría a quien estaba en el número uno para pasar al primer lugar, o sino cometería cualquier delito con tal de ser la número uno.
Debía ser la mejor en todo.
Y eso es lo que estaba consiguiendo a mi corta edad de tan solo veintidós años.
✨✨✨
Un capítulo!
Lo prometido es deuda aquí unas imágenes de los gemelitos (copias)
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