Dominio oscuro: La pasión encadenada (BORRADOR)

Capitulo 06

Vladimir

–Esta mañana se ha encontrado el cuerpo de un hombre al cual no se le ha identificado, ha sido matado en un hotel con una bala en la garganta, su asesina es una mujer no identificada ya que las grabaciones del hotel no se pueden ver muy bien– termino de decir la reportera al mismo tiempo en que la escena cambiaba.

Así que ya había una víctima de la emperatriz de la mafia italiana.

–Esta noche si que me meteré en la cama de un hombre, pero será el hombre que yo eliga, y entre ellos no estás tú.

Fueron sus palabras cuando le di la propuesta de tener un polvo juntos. Valla rechazo que obtuve.

Aunque creo que me libre de terminar muerto.

Pero durante toda esa noche no pude evitar pensar en como era tenerla entre mis brazos mientras gemía mi nombre y me pedía que besara cada parte de su cuerpo mientras complacía cada uno de sus deseos sexuales y la follaba tan duro al punto en que ella no pudiera caminar.

Esa mujer me había hecho algo para tener que imaginarme eso. Nunca me había pasado con ninguna otra mujer.

Pero tenía que dejar eso de lado si me quería concentrar en obtener este territorio más rápido que ella. Ya que no podría convencerla de la manera en que tenía planeado.

Mire el vaso que tenía entre mis manos como el hielo se estaba derritiendo mientras las gotas de sudor bajaban por el vidrio.

–Señor– una de las sirvientas entro en la sala– los hermanos Jefferson Vicari quieren verlo.

Jefferson Vicari, quizás entre ellos también venía ella con su mirada matadora y sus encantadores labios que captaban toda mi atención.

–Hazlos pasar– ordene dejando el vaso de vodka sobre la mesa de centro.

La mujer mayor salió de la habitación, me acomode la corbata y me puse en una posición más recta al ponerme de pie para recibir a la emperatriz.

Aunque por la puerta solo entro un par de copias.

Los gemelos Jefferson Vicari.

Ella no venía con ellos.

–¿Que se les ofrece?– entrecerre los ojos viendo como entraban por la puerta.

–Queremos hablar contigo sobre nuestra hermana– comento uno de ellos.

La verdad nunca supe cómo las madres de los gemelos podían diferenciar a sus hijos cuando claramente eran iguales en lo físico.

–Tomen asiento– asintieron.

Caminaron hasta que llegaron a uno de los sillones para tres personas y me senté en el individual que estaba enfrente de ellos.

–¿Desean algo de beber?– negaron al mismo tiempo– no veo que asunto tengan que resolver conmigo sobre su hermana.

–Ella quiere este territorio, quiere Londres– comenzó a hablar el que venía de traje negro.

–Y venimos a ofrecerte un trato– siguió el de traje azul marino–te daremos mil millones de euros con tal de que le dejes este territorio a ella y no te metas en su camino.

–Y tres cargamentos de hachis– finalizó el otro.

Me convenía aquel trato, pero me convenía más quedarme con él territorio de Londres y así fregar por unas cuantas semanas a Violeta y obtendría más ganancias millonarias de lo que me ofrecían este par de copias. Así desquitaria el que ella allá desperdiciado el trato que le hice de pasar la noche conmigo.