Capitulo 10

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Vladimir

Las armas y hombres ya estaban en sus lugares solo esperaban mi indicación para poder empezar a tirar plomo por todo el centro comercial.

Violeta junto a una pelirroja y una pelinegra estaban en una tienda de vestidos y abrigos, hasta que salieron y caminaron por toda la plaza.

Les empezaría a llover plomo cuando estuvieran tan distraídas como para poder sacar sus armas y poder defenderse porque para entonces ya estarían muertas.

–Diles a mis hombres que estén preparados– avisé a Ivanov quien tenía la radio que conectaba a todos mis hombres– dudo que tarden mucho tiempo en salir.

–Bien.

Dio el aviso a mis hombres por la radio. Las mujeres caminaban de un lugar a otro sin siquiera tener un poco de seguridad. Solo iban ellas tres.

Violeta llevaba un vestido que se ajustaba a cada una de sus malditas curvas por dónde desearía pasar mis manos y hacer que se corriera una tras otra vez. El vestido color negro le llegaba por arriba de las rodillas, era de tirantes caídos en un escote de corazón. Sus labios como siempre de un rojo que se notaba desde el lugar donde yo estaba escondido. Su cabellera rubia la llevaba en una coleta alta la cual deseaba quitársela con los dientes.

Joder esa mujer me hacía perder el control.

Su cuerpo, cada una de sus curvas, sus labios tan rojos que desearía tocar aunque sea una sola vez.

Me puse de pie al ver cómo la pelinegra y pelirroja entraban en una tienda de cafés mientras Violeta se quedaba fuera de ella viendo a las mujeres adentrarse al local.

Un hijo de puta aprovecho el momento para acercarse a ella y comenzar a platicar con ella, la hizo reír. Ella paso su mano por su mejilla mientras le decía algo.

Saque mi arma apuntando en la cabeza de aquel idiota que le comenzaba a tomar por la cintura como si tuvieran mucha confianza.

–¿Que haces Vladimir?– preguntó Ivanov posicionandose junto a mi.

–La verdad no sé– negué.

Pero sentía como un fuego me iba consumiendo por dentro mientras veía como aquel hombre la acercaba a su cuerpo susurrandole algo al oído mientras ella sonreía hasta que se le hachinaban las pestañas.

Algo dentro de mi pedía ir junto a ella para quitarle de encima a aquel idiota que la tenía entre sus brazos, que la hacía reír.

Jale del gatillo cuando vi como los labios del castaño se iban acercando a los de Violeta, la sangre del tipo cayó sobre el rostro de ella mientras sacaba su arma y mis hombres comenzaban a disparar.

Allí me arrepentí de haber disparado, mis hombres salieron de sus escondites aunque al mismo tiempo también lo hicieron los hombres de ella, llenando aquella plaza del sonido de las balas.

Joder, Violeta se veía increíble con el rostro lleno de sangre, también se veía increíble mientras corría a refugiarse y sacaba el arma logrando matar a muchos de mis hombres.

Camine por la plaza mientras la seguía por detrás viendo como se había metido por uno de los pasillos donde ninguna persona transitaba.

Al dar vuelta en aquel lugar ella me sorprendió apuntando en mi cabeza con su arma, aunque fui más rápido que ella y termine por aventar su arma lejos de nosotros tomándola de las manos y pegando su cuerpo a la pared mientras con una de mis manos retenía las suyas.

Su azulada mirada llegó hasta la mia, mis ojos descendieron hasta sus rojizos labios que me hacían desear aplastarlos contra los míos o que de ellos saliera mi nombre gemido por ella.

Dominio oscuro: La pasión encadenada (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora