Capitulo 18

905 51 4
                                    

Violeta

Me puse de pie cuando termine mi cena para caminar hasta la sala, sentía los pasos de Diana detrás de mi. Desde que nos había encontrado a mi y a Vladimir comiendo aquel platillo que me preparo estaba rara y pareciera como si quisiera decirme algo pero no tomaba la suficiente valentía como para soltarlo.

Me senté en uno de los sillones individuales cruzando mis piernas viendo el jardín a través de la enorme ventana que está en la sala.

Ella se detuvo en el umbral de la puerta examinando cada uno de mis movimientos hasta que decidió tomar asiento en uno de los sillones para tres personas que están a mi derecha.

–Suetalo ya– la encare.

Aunque su mirada estaba en el suelo y sus manos estaban entrelazadas jugando entre si y moviendo una de sus piernas con desesperación.

–¿Estás segura de que no te vas a enamorar de Vladimir?– comenzó a hablar en español ya que ninguna persona de la mansión sabía aquel idioma.

Su pregunta fue como una cubetada de agua fría en la espalda. Tal vez hace dos semanas le hubiera dicho que estaba segura de que no me enamoraría de él y que sería solo para ella sola en cuanto mi plan terminara.

Pero ahora...

Por mucho que quisiera negarlo algo dentro de mi se sentía atraída hacia Vladimir, pidiendo su cercanía, sus caricias, pidiendo cada parte de él solo para mí y no compartirlo con nadie más.

–Estoy muy segura– afirme en un tono de voz firme.

Sabiendo que ya estaba comenzando a sentir algo por él, pero nunca llegaríamos a nada más que amantes.

Porque tarde o temprano se terminaría enterando de este plan, y yo ya tendría lo que quería obtener con este plan.

–¿Por qué lo dudaste?– entrecerró los ojos aunque su mirada estaba posada sobre la mesa de centro que se encontraba enfrente de nosotras.

Lo dude porque me estoy empezando a encariñar de él, y quiero terminar con todo esto lo antes posible para alejarme de Vladimir y dejar de sentir lo que estoy sintiendo.

–Metete esto en la cabeza Diana– la tomé del rostro haciendo que me viera a los ojos– tendrás a Vladimir solo para ti y todo lo que yo estoy haciendo es solo para obtener Londres. Nada más– recalque las últimas palabras– nunca podría enamorarme de él porque yo no creo en el amor.

Me puse de pie comenzando a salir de la sala sintiendo como su mirada me recorría tal vez pensando en las palabras que le había dicho.

La puerta principal se empezó a abrir y por la puerta entro Vladímir apoyado del hombro de Ivanov.

Algo dentro de mi comenzó a arder cuando vi como en la parte derecha de su abdomen comenzaba a salir mucha sangre haciendo que a su camino se regara.

Me acerque hasta él tomándolo del otro hombro y pasando una de mis manos por su mejilla.

–Dime el nombre de quién te hizo esto– pregunté con la voz firme.

–Era uno de mis aliados pero...– lo interrumpí.

–No pregunté si era tu aliado, te pedí nombres– afirme.

–Sergei Petrov– murmuró con un tono de dolor.

Diana salió de la sala y al momento de ver a Vladimir en tal estado corrió a su lado apartandome y tomando el lugar que yo tenía ayudándolo a caminar hasta su habitación.

–¿Que te sucedio?¿Estás bien?¿Quién te hizo esto?– preguntó histérica.

Me quedé detrás de ellos viendo como Vladimir subía los escalones al segundo piso donde se encontraba su habitación y como un par de personas que parecían médicos comenzaban a subir junto a él.

Dominio oscuro: La pasión encadenada (BORRADOR)Where stories live. Discover now