Cachorrito Perdido - ABDL

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—Se que tu puedes, hijo —Ian suspiró, luego de escuchar la voz de su madre omega desde la otra línea— la maternidad no es fácil, ni siquiera es perfecta

—Eso lo sé, mamá —Ian murmuró, meciendo suavemente la cuna donde descansaba su bebé. Elio soltaba pequeños suspiritos de vez en cuando, moviendo sus orejitas de arriba a abajo— ayer fue una noche demasiado pesada

—Siempre hay días malos, cariño —el omega pudo haber jurado, ver la dulce y amorosa sonrisa que su mamá siempre le regalaba, eso lo ayudaba y ya sin ser un cachorro, Ian era consciente que siempre necesitaría de su madre—solo porque la luna no apareció ayer, no significa que esta noche tampoco lo hará

—Elio ya mejoró —Ian cambio algo del tema de conversación, el castaño se permitió seguir hablando, luego de que, no escuchará ninguna respuesta por parte de la mayor— ya le crecieron sus colmillos y sus orejitas aparecieron, amaneció con algo de fiebre, pero ya se le está bajando —comentó, quitando uno de los pañitos mojados que permanecían en la frente de su bebé — su pediatra dijo que era por sus colmillos, pero está estable, se la ha pasado durmiendo y no quiere separarse de nosotros

—Los cachorros son asi unos días antes de su presentación, necesitan sentirse listos y seguros para dejarse ver en su forma lobuna, sabes perfectamente que es algo muy íntimo, hijo. Mi nieto solo se está preparando, vas a ver que todo después va a valer la pena...confió en ti, se que eres una gran madre, al igual que se que Bastián es un buen padre

—Estaba pensando en el bautizo de mi bebé —Ian quiso cambiar de tema, agradecía las palabras de aliento de su madre, pero ahora mismo. Necesitaba más que eso, tal vez, concentrarse en otra cosa lo ayudaría a reflexionar y quitar algo del estrés que tenía encima— mi esposo hablo con Amaryllis, y sabes como es ella, quiere que luego de su transformación, hagamos su bautizo

—¿Y qué piensas sobre eso?

—Quisiera hacerlo unos días después, tendríamos que organizar el lugar, los invitados y la cena. Y ahora mismo no tengo cabeza para casi nada, mamá —Ian cerró sus ojos por un momento, antes de volver a abrirlos y sonreír suavemente al ver a su pequeño soltando pequeños soniditos entre sueños— además, quisiera darle algo de espacio a Milo. Estoy seguro que Kian y Blake no querrán que nadie se acerque a él 

—Tienes razón en eso, Ian. A veces es mejor estar prevenidos, nunca se sabe cómo actuarán dos lobos cuando el tema principal es su cría — Lydia habló con suavidad— aunque si quisiera saber, ¿tienes al menos unos candidatos para que sean los padrinos de Eli? 

—Estaba pensando en eso antes de que llamaras realmente —Ian rió entre dientes— tengo algunos candidatos, solo falta que acepten

—Sea quien sea, estoy seguro que estarán de acuerdo —El omega castaño pudo incluso ver, aún estando detrás del teléfono, la sonrisa socarrona y orgullosa de su mamá—¿quién no quisiera ser el padrino o madrina de la preciosura que me diste por nieto? 

—Pues esa preciosura que tu dices, es un pequeño diablillo —Ian rodó los ojos divertido—espera a que mejore, tendré que mandarte videos de sus travesuras...el otro día casi cumple su deseo de comer pasto

—Yo te dije perfectamente que un hijo tuyo sería tu karma, Darius —Lydia se carcajeo desde el otro lado de la llamada—ya es tiempo de que me pagues todas las que hiciste cuando eras un cachorro

—Por favor, no fui tan malo —Ian bufó— Raden fue peor

—Al menos de Raden me esperaba lo que fuera —Lydia contraatacó—¡tú te escapabas y no tenías que ver con absolutamente nada!