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Pov Eleonor Maxwell.

Mis párpados pesan, siento mi cuerpo entumecido y solo bastan unos cuantos segundos para que recuerde todo y casi al tiempo haga que el dolor de mis extremidades desaparezca.

Abrí mis ojos con terror puro y sorpresa, intente gritar, pero mi garganta estaba seca, intente moverme pero unas pesadas ataduras no me lo permitían.

Mi respiración se entrecortó observando el lugar oscuro donde me encontraba, en una silla, atada de pies y manos con una sola abertura de una ventanilla que me permitía ver algo de la luz del dia.

El lugar apestaba, todo estaba inmundo, la suciedad, humedad y...sangre era lo que predominaba.

Escuchaba las rápidas palpitaciones de mi corazón, sabía perfectamente donde me encontraba, y sabía con que personas me encontraba.

Apreté mi mandíbula con rabia, mi dolor y mi miedo se esfumó casi al instante para ser reemplazado por el odio y la rabia, gire mi cabeza a un lado, viendo con asco el cuerpo aún desmayado de mi cobarde marido.

Mierda, mierda y mas mierda.

No, esto no se supone que tenía que haber sucedido.

Intente moverme para ver si podía desatarme, era inútil, estaba encadenada y aun con toda la fuerza posible, las cadenas eran demasiado resistentes.

Jadeé en busca de aire, alce mi cabeza para observar la humedad del techo lleno de goteras, todavía una parte de mi cuerpo lo sentía entumecido con un dolor de cabeza casi insoportable que me llegó de repente.

Malditos animales.

Maldije a aquellos perros sarnosos al ver el collar que apretaba mi cuello, era de metal y con lo jodidamente inteligentes que es esta gente sabia que no lo tenia puesto de adorno.

— Eleonor, piensa, mierda, piensa, piensa, piensa— mis ojos se cerraron con fuerza mientras musitaba palabras al azar, necesitaba mi cabeza fría, quería llenarme de una vaga esperanza para salir de aquí, mi voz estaba rasposa y mi garganta dolía como los miles infiernos.

Un estremecimiento llego desde mi columna vertebral hasta mi cabeza al momento de escuchar gruñidos y aullidos a mi alrededor.

Un miedo inminente recorrió mi cuerpo al saber de qué cosas provenían, este cuarto era pequeño, oscuro y asqueroso, la poca iluminación llegaba por la pequeña ventana de barrotes de metal ubicada a unos metros de mi al igual que la ventanilla diminuta que estaba pegada a la puerta negra de acero.

Pero aun con eso, inferí rápidamente que habían otros cuartos iguales a estos, llenos de monstruos asquerosos como lo son esta gente.

— ¿Eleonor?— gruñí mirando con rabia a Jackson, ese estúpido hombre se estaba despertando, pareciendo una jodida morsa con baba corriendo por la comisura de sus labios.

— ¿Qué quieres?— intente hablar lo más claro posible, aguantando una mueca de dolor al todavía sentir un ardor en mi garganta.

Entrecerré mis ojos al ver como miles de emociones traspasaban el rostro de Jackson en miles de segundos, solo para finalizar con él llorando estúpidamente haciendo el tonto intento de quitarse las cadenas.

— Es inútil, ya lo intente— le dije mirándolo de reojo, volví a cerrar mis ojos en un intento de buscar una solución a esto, si es que acaso habia una oportunidad de salir.

No podía utilizar la poca fuerza que tenía, la necesitaría para después, no me importaba que sucediera con Jackson, el solo sería una traba a la hora de ejecutar cualquier plan a futuro qué haré.

Cachorrito Perdido - ABDLWhere stories live. Discover now