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El profundo y fuerte olor a incienso repercutía por todo el departamento, no habían muchas cosas salvo unas maletas que serían para aquel fin de semana donde estarían disfrutando de las bonitas tierras inglesas , antes de por supuesto, volver a su fría Canadá.

La bruja pelirroja cantaba en voz baja una de sus canciones favoritas de Taylor swift, Bad blood, meneando sus caderas al son de la música mientras prendía el horno, con la disposición de meter la pequeña bandeja llenas de las galletas de chocolate que disfrutaba hacer.

Casandra soltó un suave suspiro, mirando por un segundo la pantalla de su celular, faltaban quince minutos para que dieran las seis de la tarde, doblando su cabeza, observó desde la ventana como el cielo estaba pintado de colores cálidos, haciendo un bonito difuminado con las nubes.

Una leve sonrisa salió de sus labios, mostrando así sus dos dientes delanteros, parecidos a los de un conejito. limpiando sus manos con un trapo que estaba a su lado, salió de la "cocina" que estaba técnicamente pegada a la sala, para sentarse en el balcón.

La fría brisa llegó a traspasar su suéter de lana, pero importándole poco, se sentó en el piso de baldosa, abriendo un libro algo viejo, lleno de plantas y runas por todos lados, la pasta marrón era gruesa e incluso áspera, y se notaba que era demasiado pesado, pero mas que nada, valioso.

Había sido un regalo por parte de su mamá Nisha luego de meses de estar viviendo con ellos, realmente le habia gustado, una de sus materias favoritas era pociones dentro del instituto, medicinales en este caso y aquel libro tenía todas aquellas anotaciones que estaba emocionada por leer.

Decidida, Casandra abrió el libro, en la página donde habia quedado antes de ir a hacer las galletas, estas tardarían en salir del horno, por lo que tenía tiempo para repasar los apuntes.

Sus padres y Lia estaban  en el  centro de Londres, específicamente a una de las tiendas de "mercancía" para gente como ellos, habia sido invitada, pero rechazó la oferta dado que quería quedarse y hacer aquellas deliciosas galletas de las que desde hace semanas, tenía antojo. 

—Piel de avestruz, uña de unicornio...y...¿saliva de hombre lobo?—Casandra frunció el ceño, curiosa por las indicaciones de la poción energética que leía. 

Meses atrás probablemente quedaría sorprendida y asqueada por todos aquellos...curiosos materiales, que utilizaban. Ahora, solo se sentía cautivada por los nuevos datos que poco a poco iba aprendiendo.

La Relish se acomodó en su manojo de mantas y almohadas que habia colocado en el suelo, tarareando de vez en cuando las canciones que salían en su playlist de spotify. La bonita pelirroja estaba tan ensimismada en su mundo, que pegó un respingo cuando el timbre del departamento sonó, causando, que por la misma sorpresa, terminará por prender las velas que estaban adornadas en la mesita de la sala.

Tal como si le hubieran echado un balde de agua encima, la bruja se levantó como un resorte, su cerebro haciendo memoria y sabiendo automáticamente quienes eran los que tendría de visita aquella bonita noche.

—¡Voy! — exclamó, cerrando la puerta corrediza que separaba la sala con el balcón, si su pequeño hermano se encontraba ahí, de alguna u otra forma supo que no sería bueno dejarla abierta teniendo a un curioso bebé en el cuarto.

Con sus pies descalzos, casi dando tropezones por la habitación, la chica alejó varios tarros y plantas que estaban en la mitad. Haciéndose un moño alto en su rojizo cabello, Casandra abrió la puerta, sonriendo levemente a la pequeña familia que tenía a la vista.

—Hola — Casandra saludo, haciéndose a un lado para que entraran— lamento el desorden, no me acordaba que venían.

—No te preocupes — Ian le resto importancia, abrazándola— ¿cómo pasaste tu noche?.

Cachorrito Perdido - ABDLWhere stories live. Discover now