Cachorrito Perdido - ABDL

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Pov Narrador Omnisciente 

¿Es peligroso refugiarse en el pasado, en los recuerdos que se resguardan en lo más profundo de nuestra mente y corazón?.

Bastián metió una de sus manos en su pantalón holgado, viendo desde el gran ventanal de su oficina la bonita vista que aquella cálida mañana le regalaba.

 El alfa sopló un poco la taza humeante de café, que no tardó en dirigir a sus labios. Perdido en sus pensamientos, Kingston miró de reojo su gran y lujoso escritorio de caoba.

No, no era porque Bastián quería regocijarse de ver su limpio y reluciente escritorio, completamente ordenado por el. No le gustaba cuando otras personas irrumpen su oficina, o que en algún caso la limpien, teniendo el claro miedo de que, terminen por botar o dañar sus importantes papeles.

Aunque por supuesto, habían dos personas en específico que no eran participes de aquella regla. No creo que aquellos dos, necesitan presentación para saber quienes son.

Los ojos turquesas del Kingston viajaron desde los cajones llenos de sus papeles, hasta su laptop ya prendida por el minutos antes, se estaba reiniciando, por lo que no tenía prisa ni las ganas de sentarse por 9 horas más frente a la computadora, para leer, firmar contratos y documentos que la mayoría , eran de los concejales de su padre.

Inconscientemente, su vista se posó en el viejo celular de su hijo, mismo que se encontraba en ese momento en el primer piso, jugando con sus bloques de construcción y peluches, junto a su madre.

Una suave sonrisa se deslizó en sus labios, cuando desde lejos escucho las risotadas infantiles de su pequeño.

El tiempo iba acompañado de paciencia para rendir frutos.

La voz suave y sedosa de su madre retumbó en su mente, causando que nuevamente, sus ideas revolotearán y lo golpearan tal como si un tren lo hubiera arrollado.

La conversación que su esposo y él habían  tenido con su mellizo la noche anterior no salía de su cabeza, haciendo que una próxima migraña apareciera sí no presentaba tan solo una solución ante eso.

Eleonor y Jackson Maxwell.

Un mal sabor de boca regresaba a él cada que pensaba en aquellas dos despreciables personas, nunca tuvo una oportunidad en sí de conocer a los falsos padres de su hijo, y siendo sincero tampoco estaba muy abierto a aquella posibilidad. Pero ahora, un giro de 180 grados fue lo que le hizo cambiar de opinión.

Ahora, realmente no sabía concretamente qué hacer si tuviera a esos dos mundanos frente a él, al principio tal vez era curiosidad, necesitaba conocer el pasado de su pequeño, y por ende, a las personas que hacían parte de su círculo social.  puede que seguía siendo así, Eli de a poco se fue abriendo con ellos, contándoles pequeñas cosas de su pasado o fragmentos de el. 

La mayoría eran con Casandra, nunca tocaba el tema de Jackson o de Eleonor, y si lo hacía, su voz cambiaba radicalmente y hacia todo lo posible para evitarlos.

Ahora, realmente entendía el porqué. 

Aquellas dos escorias le habían hecho mucho daño a su hijito, su pequeño, su mayor tesoro y su razón de vivir, lo habían herido, no solo físicamente, sino que también mentalmente y por ley, si herían a su bebé, lo herían a él también, así de simple.

La curiosidad que antes tenía por aquella pareja asquerosa no solo se vio influenciada por aquellos datos revelados, sino que en ese instante, no solo era curiosidad lo que él o su esposo sentían.

Querían venganza.

Necesitaban, o más bien querían hacerles pagar por todo lo malo que habían hecho, y era más que claro, que la ley mundana no se encargaria de eso, era muy corrupta para siquiera estar al pendiente de eso. Se lo dejaron mas que claro cuando permitieron que su hijo, fuera adoptado por esa gente.