Capítulo 5

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Nota: Antes de que empiecen con el capitulo quiero decirles que no sé hablar, ni escribir Alto Valyrio. Así que los párrafos que estén en cursiva son Alto Valyrio. Me sé algunas palabras de las historias que he estado leyendo, así que algunas palabras las escribiré en el idioma original.

¡Ah! Casi me olvidó este capítulo contiene memorias un alma rota, así que los recuerdos estarán subrayado y en cursiva.

Sin más interrupción, me despido y que disfruten de la lectura. Besos de Aemond y Lucerys 💚🖤

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Tenía que admitirlo.

Este no era el mejor plan que tenía, sin embargo era el único factible.

Suspiro caminando en silencio por los pasadizos secretos del palacio. Tenía un destino e iba a llegar a el, no podía pasar más tiempo, era ahora o nunca.

Respiro profundo y abrió la puerta secreta del cuarto donde entraba. Estaba todo acomodado y limpio, no obstante tenía un olor horrible, "el lugar de un traidor" pensó.

Sin perder tiempo, sacó el frasco que tenía escondido, encontró la jarra de agua con sus ojos. Acercándose, dudo no quería hacer esto, pero era lo más fácil y práctico "no hay tiempo" se dijo y vertió el líquido mezclándose con el agua.

Soltó el aire que tenia retenido. Ni él se había dado cuenta que estaba aguantando la respiración. Escucho pasos acercándose, con cuidado se fue hacia el lugar oculto y entró. Se quedó un momento parado analizando la situación con los oídos bien despierto.

Escucho como Larys Strong se movía dentro de sus aposentos ¿Cómo lo sabía? Su caminar era fácil de identificar. Escucho algo ser destapando y el sonido de estar de una garganta tragando agua.

Lucerys sonrió, "uno menos" pensó y tan rápido como entro se fue.

Los días pasaron y las cosas por el momento estaban siendo tranquilas. Tanta quietud lo altera de algún modo. Ya pasaron días de la sentencia de Otto Hightower y de la muerte de Larys Strong. Estaba feliz por cuando vio el cadáver de Otto colgando afuera del palacio, y el de Larys en el suelo tratando de agarrar si corazón. Estaba feliz porque porque plan fue exitoso, pero aun había algo que lo inquietaba. Y no sabía que era.

¿El asunto con su tío? Ah, mi tío, pensó Luke. Esa vez, él fuego, su mano. No negó, su tío prometió que no iba a decir nada de aquel suceso, sin embargo esa noche no solo estaba sorprendido por su mano sino por su corazón. Antes no había sentido lo que sintió aquella noche, fue algo nuevo para él. Daba cosquilla, pero también lo devoraba. Si, era un chico que murió de quince años, con el alma de décadas en el cuerpo de un niño de seis años. No obstante, sentía que ese no era el problema.

Extrañaba su hogar. No este donde vivía, su verdadero hogar. Rocadragón. Extrañaba sus aposentos, el clima, el aires, sus alrededores, las personas, el ambiente. Extrañaba todo. Quería volver e instalarse en ese lugar como antes, sin embargo lo veía algo imposible ya que cambio varios evento que llevó a su madre a tomar esa decisión de mudarse.

Suspiro, aún podía hacer un intento le pediría a su madre si podrían ir de visita. Si eso haría. Con eso en mente se dirigió hacia los aposentos de su madre.

En su camino distinguió a una chica sentada en los pasillos jugando con unos bichos. Luke miró el techo del castillo suspirando "¿Porqué a mis tíos le gusta estar en el suelo" pensó.

Decidió acercarse para hablar con ella.

—Tía.—dijo con su aguda voz de niño.

—Sobrino, ya era hora de que te acerques a mi.—respondió sin mirarlo, jugando con el gusano en su mano.

Renace El Dragón: Evitando La Danza De Dragones Where stories live. Discover now