Capítulo 11

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Nota: Las palabras en cursiva y subrayado son cuando están hablando Alto Valyrio y las que están solo en cursiva son recuerdos.

Si más molestia, disfruten de su lectura.🥰

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Las estrellas iluminaban el oscuro cielo, pero sin duda la que destacaba más era la luna llena. Iluminaba todo el bosque real con su luz natural, Lucerys cerró los ojos dejándose acariciar por el fresco viento.

—¿Estas seguro de quedarnos aquí?—preguntó Aemond contemplándolo.

—Lo estoy, ¿Tienes miedo, tío?—preguntó sonriendo pícaramente.

—No es eso.—negó dejando de vigilar la oscuridad del bosque, dio media vuelta para observar a su sobrino—Pienso que todos deben estar buscándote en este instante.

—Tranquilo, nadie nos extrañará.—respondió devolviéndole la mirada—Te puedo asegurar que nadie nos está buscando ahora mismo.

—¿Cómo estás tan seguro? Tu eres...él heredero al trono.

—Sólo lo se.—susurró agarrando una pequeña chispa que se desprendió de las llamas de la fogata—Aun no me acostumbró a ese titulo, no hace mucho era solo el heredero de Marcaderiva y ahora soy el heredero del trono.—suspiró volviendo a mirar al cielo—Todo parece tan irreal.

Aemond se acercó hasta donde estaba su sobrino, hincó la rodilla para estar a su altura.

—No tengas miedo, yo estaré contigo en todo momento.—tomando la mano de Luke la colocó encima de su corazón—Y créeme es real, tan real como mi corazón late desenfrenadamente por ti, Lucerys.

Lucerys Velaryon por primera vez en su vida desde que volvió se quedó mudo. No supo que decirle a su tío sobre aquella declaración, él estaba seguro de que estaba sonrojado por lo caliente que se sentía. Por impulso quería agarrarse sus cachetes para ocultar el estúpido sonrojo. Fue salvado por unos gruñidos que venían de la parte oscura del bosque real.

—¿Qué fue eso?—preguntó alerta. Aemond se levantó con lentitud, iba a matar a la cosa que interrumpió su momento donde pudo apreciar a ver a su sobrino sonrojado.

—Quédate aquí, iré a ver.—Se levantó y caminó con pasos lento sacando su espada.

Luke lo dejó ser, "Estoy muy cansado para luchar" pensó. Así que se acomodó y observo que era lo que lo había salvado de su momento vergonzoso. Los dos estaban atentos, mirando el lugar donde se escuchaban los gruñidos, cuando de un momento a otro sale una cosa negra disparada, derribando a su tío en el proceso.

Lucerys volcó los ojos, estaba sacando su daga pero el Jabalí fue más veloz y lo derribo poniéndose encima de él. Lucerys lucho con la mediana bestia que pesaba mucho, el jabalí estuvo apunto de morderlo en eso Aemond se levanto y salió de su estupefacción de que esa cosa negra y gorda lo derrivo. Fue corriendo ayudar a Luke, agarro a la bestia, iba a dar el golpe final pero Luke fue más rápido y clavo su daga con toda la rabia, ansiedad, miedo mezclados. Desde la primera no pudo parar y clavó su daba una y otra vez, gritando en el proceso por todo lo que estaba conteniendo. Todo las cosas lo sobrepasaban y este era su método de desahogo.

—Es suficiente, ya está muerto.—habló Aemond viendo fascinado la locura de su sobrino.

Luke parpadeó saliendo de su trance, suspiró un poco, volvió su vista al hombre que una vez lo mato. Este tenía las pupilas dilatas ¿Qué como lo sabía? El fuego iluminaba su rostro, haciendo resaltan ese ojo que odio desde el principio. En cambio, Aemond estaba extasiado. Luke, su pequeño Luke. Estaba lleno de sangre, desde la cabeza hasta los pies. No sabía cómo es que logró mancharse tanto, pero la cuestión es que su sobrino se veía salvaje e imponente con todo el rio rojo que tenia encima. Cualquiera que no lo conociera tendría miedo de él, hasta haría que él mismo se arrodillara ante Luke para ofrecerle su vida.

Renace El Dragón: Evitando La Danza De Dragones Where stories live. Discover now