Capítulo 14

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Jamás creyó que estaría presente en el funeral de su abuelo ya que en su primer vida no pudo despedirse apropiadamente de su querido abuelo. Ni él. Ni su familia.

La guerra impidió que el rey tuviera un digno funeral, todo era tan oscuro en esos días y solo las visiones de las guerras eran presentadas ante ellos. Ni siquiera pudo ver la cara de la reina Alicent ni de sus otros dos hijos, solo de Aemond. Y ahora estaba aquí alistándose para ir al funeral de su abuelo como siempre debió ser. Un funeral digno de un rey.

—¿Así esta bien príncipe? —pregunto su doncella.

—Sí, muchas gracias, Elinda.

—¿Puedo darle unas palabras, príncipe?

—Sabes que puedes, ya no deberías hacerme esa pregunta.

—Aun así debo hacerlo.

—Bueno, ¿Qué es lo que me quieres decir?

—Su abuelo estaría muy orgullosos de ustedes.—el corazón de Luke se agito— El rey Viserys era un hombre muy amable y amoroso nunca escatimó en darle amor a ninguno de sus hijos o nietos. Será recordado con mucho cariño, fue un rey benevolente y justo y sé que usted también lo será. El rey decía que usted sería mucho mejor gobernante que él, y estoy segura de que él decía la verdad. Así que no se sienta mal príncipe Lucerys, usted puede aparentar que todo está bien pero yo estuvo con ustedes desde que nació y lo conozco como si lo hubiera parido. Usted sufre mi joven príncipe, su silencio es ensordecedor, se que le duele y quiere ser fuerte por todos, pero, mi niño hasta el hombre más fuerte llora.—se atrevió acercarse al príncipe dándole una pequeña caricia en sus abultadas mejillas— Y usted no es la excepción, conmigo no tiene que fingir, puede ser sincero.—termino. Luke le sonrió por sus bellas palabras.

—Tienes razón, no estoy bien pero aun así seguiré de pie por mi familia, aun cuando me esté derrumbando.

—Es un cargo muy grande para usted solo.—ella insistió, no quería que su pequeño príncipe sufra en soledad. Él no entendía que toda su familia estaba ahí para apoyarlo, para amarlo, para cuidarlo. Porque aunque él sea el heredero él para ella siempre seria el pequeño bebé que cargo por primera vez cuando la princesa Rhaenyra lo dio a luz.

—Puedo con él, no seré el primero ni el último que de todo por las personas que ama.

—Lo sé, príncipe. Aún así, si quiere hablar o cualquier cosa sabe que estoy aquí para servirle.

—Muchas gracias, Eli. Eres muy noble conmigo.—ella asintió, sabia que el príncipe no le decía más porque si hablaba un poco más este rompería su coraza de años.

Se dio la vuelta para irse pero se detuvo unos segundos en la puerta.

—Él príncipe Aemond es muy afortunado de tenerlo.—y, sin más se fue dejando a Luke con la boca abierta.

Desde que le contó que estaba comprometido ella no había dicho nada, solo le dijo que si ocurría algo ella lo ayudaría a escapar. Es como si fuera su madre, siempre cuidándolo, siempre velándolo.

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Los rayos del sol le quemaban la piel, nunca lo sintió tan fuerte como ese día. Ardía y dolía como nunca lo había hecho pero eso no le importaba. No en ese momento. Todos los lores estaban reunidos para despedir al rey, y no solo ellos sino también los criados. Él dio permiso para que todos puedan ir a ver el funeral de su querido abuelo.

Las lagrimas no se hicieron esperar, su madre estaba tan roja de tanto llanto, Alicent estaba de igual manera. Hermano, hijos, nietos y esposa lloraban su perdida. Fue un gran hombre hizo lo que pudo por todos, siempre velándolo por la seguridad de todos, será un rey recordado y amado.

Renace El Dragón: Evitando La Danza De Dragones Where stories live. Discover now