Capítulo 20

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Historia de Jacaerys y Aegon 1/2

Jacaerys Velaryon.

Si alguien preguntaba por el primogénito de la princesa Rhaenyra, dirían que es un niño encantador, correcto y muy disciplinado. Desde pequeño siempre a sido instruido para heredar el trono de hierro después de su madre, es por eso que él puso demasiado empeño en su educación para que sus padres estén orgulloso de él.

Desde muy pequeño empezó a diferenciar las cosas malas de lo bueno. Las cosas feas de las bonitas. Con el tiempo se dio cuenta que no todo era tan malo y ni tan bueno, en el interior de las personas hay un poco de maldad en mucha bondad y poco bondad en mucho mal. Eso lo descubrió de la reina Alicent.

Ella lo miraba con desdén cada vez que se topaban, él como le enseñaron, saludaba a la reina madre como correspondía, esta respondía pero nada más. Nunca le buscaba charla, nunca le preguntaba como estaba, nunca decía nada más que un simple saludo. Jace hacia de todo para tener su atención para que sea aceptado por la reina pero esta ni se dignaba a mirarlo.

Eso lo llevo a disciplinarse más y más. Era un niño pero lo trataban como adulto, nadie lo veía mas que él heredero del trono. La única persona que lo observo más allá de los títulos y rangos, fue su tío Aegon. Él era el único niño de su familia. Diría que fue él quien dio ese paso para entablar una conversación pero su miedo fue más grande y tenia miedo de la reina Alicent pero más terror le tenia a Otto Hightower.

El único que lo sacaba de su duro esfuerzo era su hermanito, Luke.

Lucerys fue la luz de su vida. Su hermanito era un bebé tan pequeño pero fuerte, dicen que cuando él nació pego un grito que jurarían que se escucho por todo Poniente. Cuando su hermanito nació, se dio cuenta de lo que él estaba perdiendo a pesar de llevarse con tan solo un año.

Las niñeras jugaban con su hermano mientras él estudiaba duro para estar en el trono algún día y así demostrarle a su preciosa madre que él era muy mayor para su corta edad y que podía contar con él para las reuniones del consejo, que siempre intentaban desprestigiar a su madre.

Así pues, el estudiaba y su hermano disfrutaba de ser un bebé, de seguro él cuando era un bebé también disfrutaba de eso privilegios pero ahora ya no era un bebé y tenia que estudiar para ser alguien, sino conseguías el poder que todos querían, morías. Jace visitaba a su hermano tan solo unos momentos para jugar con él después tenia que irse pero antes de retirarse a sus clases siempre aparecía Aemond para seguir divirtiendo a su hermanito, lo más gracioso de eso, es que su tío venia a visitarlo escondido de su abuelo Otto y su madre la reina. Jace sintió envidia por una vez en su vida, cuando su tío Aemond le regalo un peluche a Luke, ¿Por qué no le regalaba a él también un peluche? ¿Por qué ni siquiera jugaba con él? ¿Por qué en su onomástico ni se dignaba a mirarlo? ¿Por qué ninguno de sus tío se acercaba para jugar con él? Se pregunto escondido detrás de las grandes puertas observando a su hermanito y su tío jugar mientras reían fuertemente. Sus ojos se empezaron a empañar por las lagrimas a cumuladas, no obstante él no iba a soltar ninguna, sus ojos podían empañarse todo lo que quisieran pero no le daría él gusto de escaparse de sus ojos castaños.

—¿A quien espiamos?—le pregunto en susurro una voz aniñada. Jace se pego un susto de muerte, haciendo que retroceda, pegándose en la puerta y que casi caiga..

—¡Tío, me asustaste!—grito en susurros, sobándose du pecho con sus pequeñas manitos para calmar su corazón abatido. Después de un rato se acordó de la pregunta de Aegon y su piel se erizo, había sido atrapado—No estoy espiando a nadie.

—Pregunte a quien espiábamos, no a quien espiabas.

—Es lo mismo y no espiábamos a nadie.

—No es lo mismo, sobrino.—respondió Aegon acercándose a Jace su pecho de príncipe mayor toco la pequeña nariz de Jacaerys cuando se asomo para ver quienes estaban en la habitación y este por primera vez en su vida sintió el olor de su tío. Era suave y delicioso, olía a bergamotas con toque de viento nocturno.

Renace El Dragón: Evitando La Danza De Dragones Where stories live. Discover now