Capítulo 19

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Las gran puertas del salón del trono de hierro se abrieron y varias pasos apresurados se escucharon en el salón. Las llamas de daban un aspecto siniestro, cuando los señores de más confianzas pasaron la oscuridad se encontraron con un hombre arrodillado atado con las manos atrás de su espalda, dos capas blancas lo custodiaban.

El príncipe Daemon estaba justo en frente del hombre arrodillado, apuntándolo con la Hermana Oscura, la espalda de los señores temblaron al ver la expresión mortal del príncipe, los demás integrantes de la familia real se encontraban a los pies del trono, todos mirando a Daemon, y el rey...estaba tan serio y pulcro en su silla. Entonces, desviaron los ojos y se encontraron con una sorpresa, el hombre no era nada más y nada menos que el antiguo guardia de la princesa Rhaenyra y la reina Alicent.

-¿Por qué esta aquí el señor?-pregunto lord Beesbury.

-Este hombre no es un señor.-respondió el príncipe aun apuntándolo-Es un simple plebeyo.

-¿Cómo te atreves?-ladro Criston

-Oh, te ofendí.-dijo en tono lastimero el príncipe, estaba jugando con Criston. Los señores se apartaron, sabían como se ponía el príncipe cuando jugaba con sus presas-Pero, ese nombre te queda excelente.

-Maldito.-le susurro Criston.

-¿Qué? No te escuché.-respondió el príncipe, poniendo su mano en su oído para alcanzar el sonido, Criston volvió a repetirlo-Mis disculpas, no puedo escuchar a cobardes, suelen tener la voz muy baja ya que nunca muestran sus verdaderas caras y acatan por las espalda como los maricas que son.-comento tranquilamente Daemon diciéndole a los señores, ellos rieron nerviosamente.

-No soy ningún cobarde.-contraataco Criston-Solo aprovecho el momento.

-¡Ah!-Daemon observo al lord Caswell-Mi señor, ¿usted atacaría a su enemigo mientras este duerme?

-No, príncipe.-respondió apresuradamente-Eso es un acto cobarde, no merece ningún merito.

-Exacto, lord Caswell.-Daemon volvió apuntar a Criston-Así que, eres un cobarde en toda su expresión, solo tú podías entrar al palacio para matar al rey cuando se encontraba indefenso en su cama ¿No es así, plebeyo? No tuviste la agallas para luchar con él frente a frente, como un hombre de verdad.

-Es un niño, lo que recuerdo es que él no sabia defenderse, era un inútil con la espada. Un niño mimado y creído. Un bast... -el príncipe no lo dejo terminar, lo golpeo con la espada haciéndole un corte en su mejilla izquierda. Criston rio con locura.

-Así que un niño mimado y creído.-hablo Daemon limpiando la sangre sucia del plebeyo-Sin embargo, me han comentado que ese niño te derribo en su entrenamiento ¿O me equivoco, lord Strong?

-Para nada, príncipe. El plebeyo fue derribado con bastante facilidad por el príncipe Jacaerys y el rey Lucerys.-respondió lord Strong mirando a la escoria que estaba en el suelo.

-Que trágico, un capa blanca siendo uno de los más prometedores fue derribado por unos niños que dice él no sabían pelear con la espada. Una desgracia para el reino.-Daemon se giro dando su argumento a todas las personas de confianza que estaban dentro de la sala del trono-El plebeyo aquí presente fue expulsado del palacio por atentar con la vida de los príncipes en aquel entonces, gracias a la intervención del rey Lucerys este hombre fue enviado al Muro cuando debió ser ejecutado por traición. El rey a sido benevolente desde antes de que se haya nombrado heredero para luego ser nuestro rey. Así que me pregunto, ¿Por qué quiere asesinar a la única persona que vio por usted?

-¿Qué ese niño vio por mi?-pregunto con asco el moribundo-El mocoso me quería lejos y eso hizo, me envió lo más lejos posible, condenándome a una vida miserable.

Renace El Dragón: Evitando La Danza De Dragones Where stories live. Discover now