Capítulo 17

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—Mandar una misiva en pleno festejo es de cobarde, su majestad.—dijo exaltado lord Bartimos.

—Eso ya lo sabíamos, sin embargo era de esperarse que iban hacer algo así de bajo.—siguió lord Beesbury.

Si, era algo muy bajo y de cobarde. Ellos pensaban que el nuevo rey perdería la calma y atacaría en ese mismo instante. Bueno, pues se equivocaban.

—Su majestad, ¿Me permite aconsejarlo?—pregunto un lord que entro con ellos al gran salón.

—Prosiga.—respondió Luke desde su asiento en el centro de todos jugando con al bola que ponían para las reuniones.

—Creo que lo mejor es ignóralo, es solo una misiva, no creo que en este momento hagan algo contra usted. Ellos saben que el castillo esta lleno de guardias reales. Sugiero que dejemos todo esto y volvamos a la fiesta.—aconsejo y los ojos del rey lo miraron fijamente.

—¿Cree que es lo mejor?—pregunto suavemente.

El lord pensó que había metido la pata pero ya era muy tarde para retractarse. Él solo quería que el rey estuviera tranquilo y sin mucha pena sobre quien seria el causante de la misiva.

—Así es su majestad. Ellos solo quieren perturbarlo en este día, quieren que usted tenga temor y no pueda dormir bien con su intento de advertencia.

Lucerys lo observo un buen rato, sabían quien era y de que bando estuvo en su antigua vida. Lord Owen se estaba poniendo nervios por la intensa mirada su majestad, él no entendía porque el rey lo mirada de esa forma como si lo estuviera analizando, pensó: De seguro no aceptara mi consejo.

—Bien, hare caso a sus palabras, lord Fossoway.—respondió después de un momento, sereno el rey se levanto para irse, en su camino se encontró con la presencia de su padre.

Luke miro de reojo a Daemon y este asintió comprendiendo. Lucerys salió del gran salón junto a sus caballero y concejales. El único que quedo dentro fue el príncipe Daemon, una vez todos se fueron él se acerco a Ser Harrold.

—Ve y busca a Ser Luthor Largent, dile que envié a sus hombres de más confianza a camuflarse en la ciudad para que busquen cualquier información sobre el enemigo.

—Así se hará, príncipe.—respondió Ser Harrold yendo a cumplir con el recado a toda prisa.

Daemon sabia que aun había traidores en el palacio, esta vez se encargaría de eliminar a todos y cada unos de ellos. Nadie tocaría ni un centímetro de piel de sus hijos, antes le cortaría todos los dedos de las manos a esos sanguijuelas de los verdes. Dejo de lados sus pensamiento de matanza y se unió a la celebración estando pendiente de todo movimiento.

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Lucerys que esto no era nada bueno.

Que llegara esa misiva no era nada bueno para nadie que se encontrara en el palacio. Se quito la pesada capa dejándola en el perchero que le trajeron para colocar su traje real, se supone que tenia que tener a sus doncellas a su disposición para que lo ayudaran a desvestirse, no obstante él despacho a todas. No quería a nadie en su aposentos, estaba cansado y solo quería estar solo.

Se sentó en el sofá en frente de la chimenea apretando la maldita misiva. Después de unos segundos la volvió abrir para releer lo que tenia escrito.

"Estimado príncipe Lucerys.

Escribimos esta carta para expresarle nuestro sentimientos. Hemos estado hablando todos juntos y hemos quedado en un acuerdo. Lo rechazamos a usted como nuestro rey.

Renace El Dragón: Evitando La Danza De Dragones Where stories live. Discover now