La luna llena se asomaba majestuosa en una noche despejada y con estrellas, poco común en Londres. Pero ese día lo sobrenatural preparaba el ambiente para dar origen a lo que se avecinaba.
Arden Leigh, terrateniente y heredero de la fortuna de su fa...
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Arden. LA TRANSFORMACIÓN Arden tenía 21 años cuando fue convertido en vampiro en el siglo XVIII. Su padre Lawson Leigh era un importante terrateniente, casado con Chelsea Overton que pertenecía a una de las familias más adineradas de Inglaterra. Su matrimonio fue arreglado como la mayoría de las uniones de la época.
Chelsea presentaba constantes quebrantos de salud. Durante mucho tiempo intentaron procrear hijos hasta que al cabo de ocho largos años, Arden fue concebido.
Al alcanzar la edad adulta llegó a ser uno de los solteros más codiciados de Londres debido a sus bienes como único heredero de los Leigh y por sus atributos físicos. Con metro ochenta de estatura, cabello café oscuro y lacio dando la impresión de finos hilos de seda que caían sobre sus hombros. Ojos color azul cielo como le decía su abuela materna y contextura delgada pero corpulento.
Lo invitaban a todos los eventos sociales en los cuáles conocía a muchas jóvenes cuyos padres añoraban tenerlo como yerno. Los Williams ofrecían una fiesta por el cumpleaños 17 de su hija Angélica. Después de bailar varias piezas con la señorita Williams, Arden decide salir al jardín a tomar un poco de aire. Una mujer caminó con elegancia hacia él no pudiendo más que admirar su perfecta fisonomía y agraciados rasgos. El cabello simulaba una cascada dorada que cubría casi toda su espalda, su piel blanca como la cal, unos ojos color violeta lo observaron con detenimiento y le sonrío de forma fría pero seductora.
-Linda noche. -Expresó ella, sus palabras repicaron como una cálida melodía.
-Sí señorita. -Contestó Arden. -Pero hasta la luna palidecería ante su belleza.
-¿Consideras que soy hermosa?
-Quizás la más hermosa criatura que haya visto en mi vida y perdone mi atrevimiento al expresarme de esta manera.
La joven agregó: -Te he estado observando Arden Leigh.
-Me lleva ventaja, no conozco su nombre.
-Soy Eleonor Kendrik.
-Es un placer señorita Kendrik. _Contesta Arden tomando su mano y besándola, sintiendo al tacto que su mano está helada. Ella la retira sin ser grosera y le sonríe.
-Nunca antes la había visto. ¿Conoce a los Williams?
-Llevo poco tiempo en Londres pero sí el suficiente para encontrar lo que estaba buscando.
-¿Y qué sería eso?
- A usted.
-¿A mí? No comprendo.
Había algo en Eleonor que le infundía temor. Se sentía atraído hacia ella pero a la vez una voz en su interior le gritaba tener precaución.
-¿Qué sucede señor Leigh?
Arden guardó silencio por lo que Eleonor continuó.
-Verá señor Leigh he estado sola por mucho tiempo, pero los años pasan y la soledad acecha. No es bueno estar solo señor Leigh, ¿No lo cree así?
