CAPITULO 3

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EL PASADO DE ELEONOR
Transcurrieron varias semanas desde la transformación y Arden aprendía muy rápido a utilizar sus nuevas habilidades. El odio que sentía por Eleonor al haberle dado una inmortalidad no deseada se desvaneció poco a poco. Basándose en las historias que le leía su abuela, los vampiros se caracterizaban por ser sanguinarios y despiadados, pero la joven resultó demostrar lo contrario.

Anochecía cuando regresaron a la cabaña después de cazar.  La neblina lo cubría todo, mientras que la luna curva y siniestra, se perdía a través de unos nubarrones grises.

Eleonor leía un libro y él solo miraba la chimenea cuyos leños devorados por las llamas, chispeaban escupiendo diminutas láminas doradas que se extinguían al contacto con el ambiente.

-¿Cómo fue que sucedió? -Le preguntó a Eleonor sacandola de su lectura.

-¿De qué hablas?

-De tu trasformación.

-No quiero hablar de ese tema. -Respondió tajante.

-Sé que no te gusta hablar sobre eso, puedo sentir tu dolor. Pero al menos compártelo conmigo.

Ahora es Eleonor la que observa el abrazador fuego, dibujándose su figura en sus pupilas lavanda. Arden estaba a punto de decirle que no importaba cuando ella comenzó a hablar.

-Papá trabajaba como jardinero en la casa de los Matthew y mamá se desempeñaba como mucama. Yo era la mayor de tres hermanos por lo que los cuidaba durante su ausencia.

"Para mi último cumpleaños como humana, los Matthew le habían obsequiado a mis padres un enorme pavo. Mamá horneó pastel de fresas, mi favorito y tuvimos una cena muy amena en familia. Recogíamos la mesa cuando la puerta se abrió de golpe y ahí estaba él, con sus facciones frías, y ojos escarlata. Todo ocurrió tan aprisa, papá se acercó a él pero sin darle la oportunidad de reaccionar lo tomó del cuello y lo levantó como si fuera un costal. Aún escucho su cuello fracturarse. Lo soltó cayendo al suelo sin vida. Me encontraba impactada sin comprender nada. En cuestión de segundos estuvo a nuestro lado y tomo a mamá mordiéndola a la altura del hombro. La sangre empezó a brotar y ella con su último aliento gritó: -Llévatelos.

Tomé a mi hermana Anissa de 8 años, y mis hermanos Ethan de 13 y Benjamín de 15 me siguieron hasta la puerta, ellos lograron salir pero él se posó al frente impidiendome el paso.

-Aléjense. -Le espeté a Benjamín, primero dudó pero luego los vi marcharse. Traté de defenderme pero él parecía jugar conmigo, yo solo quería ganar tiempo para que mis hermanos escaparan y estuvieran a salvo. Se movía a una velocidad impresionante, lo último que recuerdo es su fétido aliento sobre mi rostro. Cuando desperté me encontraba en una casa abandonada, desorientada y mareada. Para mi horror vi a mi hermana Anissa atada en un rincón, lloraba y se podía reflejar el miedo palpante en sus ojos.

-Tu cena. -Me dijo aquel ser repugnante. -La dejé para ti, los niños tienen mejor sabor.-Continuó.

Mi garganta quemó, podía escuchar los frenéticos latidos de mi hermana y la sangre bombear por sus venas. Me acerqué a ella y le quité la mordaza.

-Mató a Ethan. -Repetía una y otra vez.

- ¿Y Benjamín? -Pregunté controlándome para no atacarla.

-No lo sé. -Contestó. Sentí alivio al saber que mi hermano al menos pudo huír, acaricié su cabello y la besé en la frente. Al sentir su aroma, el olor de la sangre, dolía, dolía abstenerme de lo que tanto ansiaba. Me volví furiosa hacía él y le grité ¿Qué me hiciste? Río a carcajadas y me dijo que ahora era suya, que le pertenecía.

-Ahora come. _Me ordenó. -Sé que tienes hambre. Lo miré con repulsión, me arrodillé junto a mi hermana y la desaté. Muy al contrario de lo que él esperaba tomé a Anissa entre mis brazos y traté de llegar a la puerta. Cuando comprendió mis intenciones me cogió del brazo y me arrebató a mi hermana. Vi como la mordía, me paralicé, traté de moverme pero mi cuerpo no respondió, congelado. Cuando se sació de ella la arrojó a mis pies, no se movía, mi hermana murió sin poder impedirlo.

Eleonor lloraba como si lo que acababa de contar hubiera sucedido hace poco tiempo y no más de cien años. Arden tomó sus manos entre las suyas, sentía aquel dolor como propio, entre sollozos Eleonor terminó su relato.

-Una clase de locura se apoderó de mi, me abalancé sobre él sin saber muy bien a qué me enfrentaba. Él llebaba siglos siendo un vampiro y yo solo unos minutos y me encontraba débil.

Al principio esquivaba mis pobres intentos de golpearlo pero eso me hizo enojar más. De repente le empecé a atinar, una y otra vez hasta que lo hice tambalear y caer sobre una silla, el único mueble en la casa. Cogí una de la patas y se lo incrusté en el corazón. Levanté a mi hermana y salí de ahí, corrí y llegué a casa. Los cuerpos de mis padres no estaban, creí que quizás Benjamín le había dado parte a las autoridades y ellos se los habían llevado. Nunca supe nada, enterré a mi hermana cerca de la casa y ahora un hermoso jardín rodea su tumba.

Hubo un incómodo silencio, aún estaban tomados de la mano.

-¿Lo mataste?

-No, es un poco más complicado matar a un vampiro. Debes cortar su cabeza y quemarlo. De haberlo sabido en ese momento, él ya no existiría.

-No estás sola. -Le confesó Arden sonriéndole con ternura. -Nunca lo estarás.

-Cómo puedes decir eso después del daño que te cause.

-Creo que estábamos destinados a estar juntos de alguna manera. Ya lo resolveremos.

Ella le sonrió agradecida, no se merecía ese trato, pero despertaban sentimientos hacía Arden que no estaban completamente claros para ella. No era sólo su conexión sino algo más que quería averiguar.

MAS ALLA DE LA REALIDADDove le storie prendono vita. Scoprilo ora