Capítulo 2: Arte de sangre demoniaca

1.4K 152 69
                                    

Hace varias noches que camino en dirección a Tokio, me fui acostumbrando al hecho de buscar un escondite antes de que el sol apareciera en el cielo. También he evitado entrar a los pueblos para impedir que suceda algo parecido a lo de hace dos días.

Aquella noche me encontré a unos campesinos que regresaban de un bar, eran tres hombres que estaban completamente borrachos y al verme intentaron convencerme de acompañarlos.

- Vamos señorita, ¿No quiere pasarla bien?

- No gracias – Les había dicho.

- Vamos no seas tímida.

Uno de esos hombres me había tomado de la mano e intentó jalarme hacia él, pero en un auto reflejo, con mi mano libre lo tomé de la muñeca y lo arrojé hacia una pared.

- ¡Hi!

Los otros dos hombres se asustaron por lo que acababa de ocurrir, mientras que yo estaba sorprendida, ya que no sabía que tenía una gran fuerza física. Al mirar a los ojos a aquellos dos hombres, estos corrieron cobardemente y abandonaron a su compañero a su suerte.

- Que cretinos.

Fue lo único que dije antes de acercarme al hombre que había arrojado, este estaba totalmente inconsciente tirado en el suelo. Me acerqué a él para ver que estuviera bien, pero al momento de hincarme para revisarlo, el olor a sangre me llegó a mi nariz.

"Come"

Este hombre estaba sangrando de la cabeza y pude sentir la saliva salir de mi boca, mi visión se nubló y mis manos se acercaban involuntariamente hacia él.

"Comételo"

Quería hacerle caso a esa voz en mi cabeza, pero reaccioné a tiempo y salí corriendo de ese lugar.

Fue por ese acontecimiento por lo que decidí evitar cruzarme por algún asentamiento humano, no quiero herirlos ni lastimarlos, jamás me perdonaría ceder ante este instinto caníbal, si lo hago, siento que dejaré de ser quien soy.

Otra noche más había llegado, salí de mi escondite apenas los rayos del sol desaparecieron, decidí salir siempre a esta hora para aprovechar toda la noche y caminar sin preocupaciones a Tokio.

Esta noche parecía tranquila como las demás, pero algo me decía que no sería así, podía sentir un frio descomunal por toda mi espina dorsal, es como si algo me estuviera advirtiendo de un gran peligro.

Comencé a sudar frio, mis labios se secaron y fue en ese momento en el que escuché como una rama de árbol era partida. Por inercia me giré solo para encontrarme a un hombre vestido de negro que se acercaba corriendo hacia mí con una espada en mano.

- Respiración de...

No escuché claramente lo que ese sujeto dijo, porque comencé a correr hacia un lado evitando su espada. Sin embargo, no fui demasiado lejos porque otro sujeto apareció por delante de mí.

Este otro espadachín portaba el mismo vestuario del que me intentó atacar.

- Tú debes ser el demonio que atormentó aquel pueblo hace tres días.

- ¿D-de que estas hablando? – Le pregunté.

- No te hagas la inocente con nosotros. Hace tres días, tres hombres fueron atacados y ellos nos describieron a un demonio con tus características.

¿Hace tres noches? ¿Se refiere a esos tres borrachos?

- N-no es verdad... bueno, es verdad que lastime a uno, pero fue en defensa propia.

Lluvia tras la sequíaWhere stories live. Discover now