Capítulo 18: Cita - Agua y Llama

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Estaba caminando junto a Kyojuro por el pueblo que hay cerca de la corporación de cazadores de demonios, la verdad, jamás me imaginé estar en este lugar después de convertirme en demonio.

A lo mucho, pensaba que solo me encontraría a mi hermano en Tokio y de ahí lo cuidaría desde las sombras, pero ahora, no solo estoy en la cede de los cazadores, sino que además estoy teniendo una especie de cita con uno de ellos.

Aunque no me quejo.

Miré discretamente a mi acompañante y debo admitir que Kyojuro es bastante guapo y atractivo, también es muy divertido estar con él, me encantaría ir a su finca para también hablar con el pequeño Senjuro, pero la situación con su padre complica mucho el que regrese.

Pasamos por varios puestos hasta que nos cruzamos con un puesto de udon, los fideos se veían realmente deliciosos y el vapor que salían del tazón me indicaban que estaban en su mejor punto.

- Buenas noches ¿No les gustaría probar de nuestro delicioso udon?

El cocinero del puesto nos había llamado a nosotros para probar sus fideos y eso fue suficiente para que Kyojuro se acercara al puesto.

- ¡Bien, denme un plato por favor!

- A la orden ¿Y para la joven dama? – El cocinero me preguntó.

- ¿Eh? Bueno yo...

- Vamos, está delicioso.

- Pero...

- No dejaré que una hermosa jovencita se vaya sin probar un buen tazón de udon.

- En serio yo...

El cocinero ya no me escuchó y me dio la espalda para preparar los fideos, yo me quedé con la palabra en la boca mientras que escuchaba a Kyojuro reírse disimuladamente.

Un par de minutos pasaron cuando el cocinero nos dejó en la barra los dos tazones de udon, la verdad se veía muy bueno y si no fuera un demonio me lo comería sin problemas.

- ¡Umai!

Kyojuro parecía disfrutar mucho de su tazón.

- Me alegra saber que le guste señor. En cuanto a usted jovencita ¿No le gusta el udon?

- No, claro que me gusta.

O me gustaba, pero en estos momentos no puedo comerlo.

- Sin embargo, yo...

- ¿Mmm?

El cocinero tenía una mirada muy fuerte en mí, tal parece que piensa que no me gustaría comer lo que él cocino y no quiero herir su orgullo de cocinero, por lo que, con un poco de desconfianza, tomé los palillos para agarrar los fideos y probarlos.

Sin embargo, recordé lo que me había pasado al beber el agua de ese lago y no quiero tener que escupir los fideos enfrente de él, pero él me sigue mirando como esperando a que me decida a probar los fideos.

- ¿Qué sucede?

Su mirada me empezaba a incomodar, ya no tenía más opción que probar de estos fideos, pero antes de que mis palillos llegaran a tomarlos, el tazón desapareció de mi vista.

- ¡Umai!

- ¿Kyojuro san?

Y es que Kyojuro había tomado mi tazón y empezó a comerse los fideos como si fueran suyos.

- E-espere un momento señor...

- ¡Quiero tres más!

El cocinero le iba a decir algo a Kyojuro, pero este lo interrumpió para pedir más fideos. La cara del cocinero paso de estar confundido a estar feliz por la nueva orden.

Lluvia tras la sequíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora