Capítulo 25.

16.9K 1.3K 103
                                    

El cielo se estaba tiñendo de colores oscuros, primero naranja para pasar al violeta y finalmente al azul oscuro. Las estrellas no tardaron en hacer su aparición.

Era una suerte que hubieran evacuado a los científicos del laboratorio, lo que le parecía raro erabla velocidad con la que se habían movido. Apenas provocaron el apagón en el edificio y todos empezaron a salir, lo cual no tenía sentido, puesto que para ellos debía ser un simple fallo en la electricidad.

-Ojalá me hubiera acordado antes, hubiera recordado que él estaba de nuestro lado y sacado de su celda desde un principio -se lamentó la castaña.

-Pero entonces, quizás yo hubiera muerto porque no curaste mi herida -le miró y sonrió, claramente lo decía con dramatismo, porque no podría morir de esa manera.

Le dio un leve golpe en el hombro y luego sonrió. Volvió su vista al otro lado del cristal, esperaba que después de ese noche, hubieran más momentos en los que pudiera reír y que quizás, William estuviera ahí, con ella.

-Vamos, tenemos algo que hacer -Sara se alejó del cristal y comenzó a avanzar hacia adelante. William le siguió el paso -¿Cuántos pasillos más para dar vuelta a la izquierda?

-Son.. -avanzó un poco más y se detuvo en uno -Es aquí, cerca de aquí está el elevador, estaba encendido gracias a la poca energía de reserva.

Sara corrió hasta llegar a él y luego, ambos se fueron por el pasillo.

-Hiciste un buen trabajo cortando la electricidad -dijo Sara, intentado hacer conversación para que el camino no fuera largo.

-¿Qué? ¡Oh, la luz! -se rascó la nuca, nervioso -Se me pasó la mano, ahora es cuando necesitamos luz.

-Yo puedo ayudar con eso, creo.

Extendió su mano frente a ella, cerró sus ojos mientras caminaba y se concentró en formar una pequeña flama en su palma. Empezó siendo una pequeña llama que luego creció lo suficientemente para poder iluminar el camino frente suyo.

-¡Es genial! -exclamó William, asombrado Es realmente genial.

Sara se encogió de hombros, no le parecía la gran cosa en ese momento.

Caminaban a paso rápido, teniendo cuidado en cada esquina por si veían a algún agente que no se hubiera ido ya. Cada vez adentrándose más en el laboratorio, hasta que por fin encontraron el elevador.

-¡Ahí! -lo señaló William -Apresurémonos.

Ambos corrieron hasta el artefacto, no avanzaron mucho cuando la las luces de los pasillos se encendieron, la electricidad había vuelto.

-Oh, perfecto -la castaña sacudió su mano y el fuego se apagó.

-No es bueno, las cámaras no tardarán en activarse y sabrán dónde estamos, rápido hay que ir al elevador.

A penas tuvieron ahí, Sara presionó el botón para abrir. En ese instante, un grupo de gentes, doblaban en un par de pasillos lejanos, los vieron.

-¡Son ellos! -gritó uno.

-¡Maldición! -susurró William mientras presionaba varias veces el botón para que las puertas se abrieran -Abre, abre ¡Abre maldita cosa!

Los tres hombres de gris corrieron hacia dónde estaban ellos dos, uno de ellos sacó su arma y los apuntó. Las puertas se abrieron y no dudaron en entrar, William presionaba nuevamente el botón para cerrar, dos segundos más y comenzaron a cerrarse.

Ambos retrocedieron hasta que tocaron el fondo el elevador, vieron cómo se cerraban las puertas y justo en ese instante chocaban los agentes.

Dejaron escapar un suspiro de alivio y se recargaron en las paredes de metal.

La Chica de los Cuatro Elementos Pt.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora