3 | Abrazos y Helado

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Olivia

Me despierto al sonido de mi alarma exactamente a las seis de la mañana, y rápidamente la apago y me salgo de la cama. He aprendido de la manera difícil que para poder despertarme apropiadamente a esta hora, necesito tirar las sábanas y dirigirme directo al baño. De otra manera, me quedaré en cama y seguiré durmiendo por los siguientes quince minutos. Definitivamente no soy una persona mañanera, pero he entrenado a mi cuerpo que lo sea.

Salgo de mi pequeña habitación y soy recibida por un apartamento en silencio. Normalmente es así entonces ya estoy acostumbrada. Mi mamá es una enfermera en un hospital, y en el momento está en un turno nocturno. No la veo frecuentemente, ya que ella llega a casa después que salgo a clase en las mañanas, y en la tarde ella tiene órdenes estrictas de no hacer ruido o despertarla bajo ninguna circunstancia excepto por una emergencia. Afortunadamente no ha llegado a eso todavía.

Sorprendentemente, veo aún menos a mi hermano. Él trabaja en un bar en las noches y normalmente llega a casa pasada la medianoche. Se despierta más tarde en las mañanas por ello y toma clases en la tarde en la universidad. Cualquier tiempo libre que tiene, lo pasa con su novia. Cómo maneja hacer todo eso y mantener una relación con alguien, nunca sabré.

Durante una típica semana en mi hogar casi siempre como sola. No recuerdo la última vez que los tres nos hayamos sentado juntos para ello. Definitivamente es extraño vivir en un apartamento pequeño donde apenas te toca ver a la gente con quien vives.

Las buenas noticias son que me voy a mantener ocupada este año. Alcancé a encontrar un programa de trabajo a través de mi universidad donde estaré tutoreando estudiantes de primaria en una escuela pública tres veces por semana. Por lo tanto, fijé la mayoría de mis clases los lunes y miércoles, pero todavía tengo clases en la tarde el resto de los días. No hace falta decir que mi agenda va a estar muy llena.

Una vez que termino de arreglarme, me dirijo hacia la cocina y rápidamente preparo un tazón de avena. No me molesto en poner un mantel en la mesa y me quedo parada reclinándome contra la barra de cocina. No es que sea floja, pero he aprendido que simplemente no vale la pena el esfuerzo extra. Enjuago el tazón y la cuchara una vez que termino, agarro mis cosas, y me dirijo hacia la parada de autobús.

Cuando llego a la universidad una hora después, me doy cuenta que todavía me quedan veinte minutos antes que empiece mi primera clase. Todavía no he averiguado bien el horario exacto del autobús porque ayer me tomó más de una hora llegar a mi casa, pero es mejor prevenir que lamentar hasta que aprenda las dinámicas de mi nuevo viaje a la universidad.

Decido hacer un pequeño recorrido del campus para familiarizarme con este lugar. Si voy a pasar los siguientes cuatro años aquí, es mejor que empiece a conocer los alrededores. Ayer me di cuenta que realmente no sabía cómo llegar a diferentes lugares y hasta me perdí varias veces. Definitivamente no quiero que eso pase de nuevo.

Termino encontrándome a Gael cerca de la biblioteca. Lo conozco desde hace un tiempo ya que fuimos a la misma preparatoria, y ya sé que va a ser un buen amigo aquí. Está en la mayoría de mis clases ya que también está estudiando educación igual que yo.

Habiendo dicho eso, estaba temiendo hablar con él hoy porque ya sé cuál va a ser su tema de interés.

"¿Qué demonios, Olivia? No contestaste mi texto de anoche," se queja.

"Ah, perdón. No debí haberlo visto," digo, tratando de fingir ignorancia.

"¿Bueno? ¿Me vas a decir?" él pregunta animadamente.

"¿Decirte qué?"

"Vamos, Liv. ¿El Adonis rubio? No me puedes dejar así en suspenso."

"Gael. Calma. No pasó nada."

Amando A OliviaWhere stories live. Discover now