Amando A Olivia

7 | Cambio de Planes

Olivia

Estoy tan cómoda que siento como si estuviera durmiendo en una nube. No recuerdo que mi almohada se sintiera así de bien. Me muevo y las sábanas se sienten tan suaves y lisas contra mi piel. Como las sábanas de un hotel de lujo.

Abro mis ojos y reconozco la habitación de Nico inmediatamente. Me doy cuenta que estoy sola en la cama y suspiro con alivio cuando veo que estoy completamente vestida. No es que hubiera pensado que Nico tomaría ventaja de mí, pero no recuerdo haberme quedado dormida anoche. Debí haber estado más cansada de lo que pensé.

Recuerdo haber estado viendo la película con Nico y cómo estábamos prácticamente acurrucados debajo de la cobija. Se sentía tan cálido y acogedor. Debe haber sido después de eso. Sonrío y me escondo debajo de las sábanas como niña pequeña.

Pienso en la noche entera y se siente irreal. Nuestra conversación en la cocina, de alguna manera acabando en su habitación, su llamada con Adrián. Nico tiene que ser uno de los chicos más amables que he conocido. Es muy lindo, pero también tiene un lado atrevido. Es muy coqueto, pero también se mantiene respetuoso. Me sigo preguntando cuál es su falla. Tiene que haber algo mal con él. Simplemente ya no los hacen así.

Estoy muy sorprendida que no tenga novia, que alguien no lo haya pescado todavía. Pauso, pensando que nunca le pregunté si tenía. Él me preguntó a mí, pero yo nunca le pregunté a él. Ay dios, tiene novia. Soy una tonta.

Me doy cuenta tardíamente que no me debería importar. No es como si hicimos algo anoche. Cuando sugerí estúpidamente que no estaba buscando engancharme con él, no le pareció importar. Uf, probablemente estoy pensando de más en esto y llegando a conclusiones. Si tuviera novia, no hubiera pasado la noche conmigo.

Reviso mi teléfono y veo que aún es bastante temprano. Me pregunto dónde se habrá ido Nico.

Me salgo de la cama y la arreglo apropiadamente. Me dirijo afuera de la habitación una vez que estoy satisfecha con cómo se ve y miro bajo el largo pasillo. Creo que me va a tomar un tiempo encontrarlo en esta casa masiva.

Esperando que no esté husmeando demasiado, miro hacia adentro de un par de recámaras al pasarlas. Afortunadamente, encuentro a Nico en el cuarto. Parece ser una habitación de invitados. Todavía está durmiendo, esparcido a través de la cama sobre su estómago y abrazando una almohada. Está sin camisa y de inmediato noto sus músculos y espalda robustos. Realmente es muy atractivo. No hay como negarlo.

Debato si lo debería despertar, pero probablemente debería estar yendo. Nico prometió que me llevaría. Sin embargo, creo que estoy fuera de peligro ya que mi hermano todavía no ha enviado un equipo de búsqueda para encontrarme, lo cual sólo puede significar que no llegó a la casa anoche tampoco. Dios, ¿qué estoy haciendo? Mi hermano me mataría si supiera que pasé la noche aquí. Debería tomar un taxi lo más pronto posible.

Nico se voltea en ese momento para cambiar de posición, pero descansa su cabeza de regreso en la almohada sin abrir los ojos. Asumiendo que está cerca de despertarse, decido hacerlo. Por lo menos debería agradecerle por dejarme quedar la noche y decirle adiós.

"¿Nico?" digo suavemente, tocando su brazo.

"Sal," responde soñoliento, empujando mi mano fuera.

Súper. Sabía que no debí despertarlo. Empiezo a moverme avergonzada. "Perdón Nico, no quise –"

Sus ojos se abren al instante y dejo de hablar cuando su mano agarra mi muñeca.

"Olivia," murmura disculpándose. "No quise hacer eso. Pensé que eras Carmen."

"¿Carmen?" pregunto. ¿Está acostumbrado a que diferentes chicas se queden en su casa? O tal vez sí tenga novia después de todo. Maldita sea.

"Mi ama de llaves. Tiene un hábito de despertarme todo el tiempo," dice frunciendo el ceño. Se frota los ojos y me mira dormilonamente. Mi estómago se contrae involuntariamente ante la vista. "¿Qué hora es?"