26 | Se Mejora

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Nico

Estamos de regreso en la habitación vistiéndonos para el día, y no puedo parar de mirarla. Especialmente porque ya terminé, pero ella todavía está en su toalla decidiendo qué ponerse buscando en su maleta. Ella me mira y me pesca mirándola desde la cama. Pero en vez de ofenderse o enojarse, la veo sonriendo mientras escoge un atuendo. Me siento como un niño en un baile de secundaria quien finalmente tuvo el valor de sacar a bailar a la niña que siempre le ha gustado y ella dice que .

Decido hacer la cama para darle privacidad, pero como dije, no puedo parar de mirarla. Está en sus pantis ahora y está tratando de enganchar su sostén.

Dejo lo que estoy haciendo y me acerco a ella para ayudarla a engancharlo. Nunca he entendido por qué no hacen estas cosas más fáciles de quitar, pero nunca me di cuenta lo igual de difícil que es para las mujeres ponérselos.

Beso su hombro cuando termino, pero mi visión pronto baja a su trasero y lo tentadora que se ve en su tanga. No puedo evitar correr mis dedos por las tiras de encaje y su piel suave. Es entonces que me doy cuenta de la cicatriz de la que me contó. Se nota que la ha tenido por mucho tiempo porque no es muy visible. Es del tamaño de una moneda, y sólo resalta porque es más clara que el resto de su piel.

Corro mi pulgar encima de ella, pero apenas puedo sentir la diferencia entre la cicatriz y su piel. Todo se siente liso y suave para mí.

"¿Esta es, bebé?" le pregunto suavemente.

"Sí," ella contesta dudosamente.

Ella suspira cuando me pongo de rodillas y trata de alejarse de mí, pero sólo me hace más determinado. Además es una vista increíble y no puedo parar. Sostengo sus caderas, sujetándola, y beso su cicatriz.

Ella inhala fuerte, y la beso una vez más antes de levantarme y voltearla hacia mí. Se ve completamente asombrada mientras me inclino para besar sus labios. "Sabía que iba a ser sexy."

"Supongo que es mi turno, ¿no?" digo cuando ella no responde. La acomodo junto a mí sobre la cama, esperando que no se asuste como Sofía y salga huyendo cuando le muestre mi ojo. Pero parece muy curiosa y una promesa es una promesa.

"¿Lista?" pregunto.

Asiente con la cabeza y mira detenidamente hacia mis ojos. Me enfoco en su nariz hasta que doblo la imagen con mis ojos y estoy viendo doble, y luego la traigo de regreso otra vez.

"Vaya," ella dice, mirándome asombrada. "Tu ojo izquierdo se movió y el otro se quedó en su lugar."

"Sí, es raro."

"¿Lo puedes hacer de nuevo?" ella pregunta, y me río que está tan interesada.

Sacudo la cabeza. "Podría, pero no quiero arruinar mi vista."

Ella hace un puchero con los labios, pero antes que pueda decir algo se recorre encima de mis piernas y me besa. Si no tiene cuidado, voy a ser forzado a arrastrarla a la ducha de nuevo. "Termina de vestirte, guapa. Todavía hay unos lugares a los que te quiero llevar, y eso no va a pasar si no te pones la ropa pronto."

Es después del mediodía cuando finalmente salimos del apartamento. Nos encontramos con Sofía y Adrián quienes nos estaban esperando en una cafetería cercana. Aparentemente nos tardamos demasiado y ellos salieron a hacer mandados. Eso o sabían en lo que andábamos y decidieron darnos espacio. Pero no puedo llegar a sentirme mal por ello, y el minuto que veo la sonrisa en la cara de Adrián cuando llegamos, sé que no hay malos sentimientos entre nosotros.

Olivia, por otro lado, se ve un poco avergonzada. No es como si hubiese planeado esto. Si alguien me hubiera dicho hace unos días que Olivia y yo estaríamos actuando como un par de calientes durante este viaje, nunca les hubiera creído. Solamente sucedió.

Amando A OliviaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant