14 | Estoy Contigo

29.1K 2.5K 109
                                    

Olivia

Lo siento tan pronto como cruzo el umbral de mi habitación. Caminar dentro de un apartamento vacío otra vez sin sus habitantes me deprime más de lo que me gustaría admitir.

Juro que no entiendo por qué le dije a Nico que quería estar sola. Estoy harta de estar sola. Quería estar con él. La fiesta fue demasiado que manejar y necesitaba reajustarme. En su lugar lo empujé fuera.

Las lágrimas que he estado guardando toda la semana caen libremente bajo mis mejillas. Las limpio rápidamente, odiando el recuerdo de lo patética que me siento. Cuando ya no las puedo contener más, me dirijo al baño para lavarme la cara, quitando toda evidencia del maquillaje que no me había puesto en meses. Pensé que alistarme y tener una noche fuera me haría sentir normal otra vez, pero eso comprobó lo anormal que soy. Me sentí tan incómoda y fuera de lugar, como si ya no perteneciera a ese mundo.

Decido no cambiarme de mi vestido y me acuesto sobre mi cama. Nico me hizo sentirme tan bella y querida cuando me lo vio puesto, y quiero mantener ese sentimiento, si sólo por un momento más hasta que me quede dormida.

Noto mi celular cargando junto a mi cama y lo recojo. Supongo que en mi emoción por irme antes se me quedó. No puedo creer que no me di cuenta. Siempre he sido tan cuidadosa de tenerlo en caso que algo pase con mi papá. Cuando veo las llamadas perdidas y mensajes de Nico siento mis ojos arder con lágrimas otra vez. ¿Cómo pude ser tan descuidada?

Nico, recién estoy viendo estos mensajes. Dejé mi teléfono cargando en mi habitación. ¿Podemos hablar mañana?

Cubro mi cara con mi mano en frustración. Probablemente pude haber evitado todo el fiasco si sólo hubiera tenido mi celular conmigo. Eso y si alguien no hubiera tirado su maldito trago encima de mí y causara que necesitara un baño urgentemente. Mi teléfono se ilumina, y veo un mensaje de Nico.

No te preocupes por tu teléfono, Olivia. Fue mi culpa. Podemos hablar ahora si quieres.

No estaba esperando que él contestara tan rápido ya que debe estar manejando de vuelta a su casa o la fiesta. No estoy segura a dónde estaba yendo.

Bueno, llámame cuando estés libre. Por favor no mandes mensajes mientras manejas.

No responde así que lo tomo como buena señal que me hizo caso. Suspiro aliviada, ya sintiéndome mejor que hablaré con él antes de dormir. Siento que no hice un buen trabajo de explicar lo que estaba sintiendo y dejé que mis emociones se hicieran cargo.

Mi teléfono se ilumina otra vez varios minutos después, y me preocupo que me está mandando otro mensaje mientras maneja. Pero una vez que lo leo, mi preocupación se convierte en fuertes palpitaciones de mi corazón.

¿Me puedes hacer un favor y abrir tu puerta?

¿Qué? No hay manera que esté aquí. Salto de mi cama y prácticamente corro hacia la puerta principal. Reviso por la mirilla y en efecto, está parado afuera viéndose tan guapo como siempre en sus jeans y camisa negra.

Abro la puerta y me mira preocupado, como si no estuviera seguro si debería estar aquí. "No me pude ir," dice como una disculpa.

Sintiéndome completamente desconcertada, agarro su mano y lo jalo adentro hacia mi recámara. Envuelvo mis brazos alrededor de él tan pronto que la puerta se cierra, aún sin creer que está aquí.

Me abraza igual de fuerte, corriendo sus dedos por mi cabello, y se siente increíble. No sé cuánto tiempo nos quedamos así pero cuando nos separamos, agarra mi cara y estudia mis ojos.

"Estuviste llorando," dice tristemente.

Asiento con la cabeza, evitando su mirada.

"Por favor no llores por mí, gatinha. Soy un idiota. No valgo la pena."

Amando A OliviaWhere stories live. Discover now