El Rey De La Pantalla De Cine (Vol 1)

Vol. 1. Capítulo 8. Charles (2)

Los autos negros dan siempre un sentimiento majestuoso.

El chófer abrió la puerta para ellos, pero Charles no entraba. Más bien, él galantemente dejó a Tang Feng entrar primero y después entró.

—¿Qué necesito hacer hoy?— Tang Feng reflexionó en voz baja, mientras se apoyaba en el asiento de atrás del coche.

Charles no parece alguien a quien le guste jugar juegos pervertidos, pero ¿Cómo podría estar seguro?. Es caso de que Charles, lo arrastre a hacer cosas inmorales en su oficina, Tang Feng necesita prepararse ahora y pensar una manera para rechazarlo.

—Solo me vas a acompañar—sonrió suavemente, colocando la palma de su mano, en el regazo de Tang Feng.

—¿Puedo preguntar que hace el Sr. Charles para vivir?

—Ciertas formas de negocio, en su mayoría se trata de bienes raíces y finanzas. La mayoría de mis negocios están en Europa, pero últimamente he empezado a invertir en las películas.

Como si hubiese recordado que Tang Feng había perdido su memoria continuó hablando.

—Lu Tian y yo, éramos compañeros de clase, en la universidad. Aparte de atender mis negocios en China, en este momento, también estoy trabajando con Lu Tian.

—¿Ni siquiera lo recuerdas?—Charles miró con curiosidad

—No, pero he oído sobre mi relación con él, en mi estancia en el hospital.

Tang Feng, podría decir, por la mirada de Charles, que él sabía que el dueño de este cuerpo, estaba enamorado de Lu Tian. Lo bueno, fue que Charles, solo lo había oído pero no lo había confirmado del propio Tang Feng.

Tang Feng comenzó a “sentir” dolor de cabeza. Si usara como excusa la amnesia, no sería capaz de usarla por mucho tiempo, para engañar a Lu Tian.

Pero pensándolo bien, no habría mucho de qué preocuparse ¿verdad?. A Lu Tian le gusta Ge Chen, incluso, odiaba a Tang Feng. Con eso, no tendrían que verse. No hay necesidad de que una celebridad, se reúna con el Jefe todos los días ¿cierto?.

Aparte de hablar con Charles, de sus planes en China, de alguna manera, terminaron hablando de deportes. En el pasado Tang Feng no podía hacer deportes por su cuerpo, así que prácticamente, sólo podía jugar billar. Coincidentemente, Charles era un autoproclamado, experto en el billar. Los dos estuvieron charlando por mucho tiempo, antes de que Charles sugiriera, tener un partido en la tarde. Tang Feng, aceptó gratamente este reto.

En coche se detuvo, enfrente de un rascacielos en la Ciudad S. En frente del edificio había una gran bloque de mármol y cuatro palabras le habían sido grabadas brillantemente: El Grupo Tian Chen.

Tang Feng, había adquirido cierto conocimiento de esta persona “Lu Tian Chen”, de las revistas y de algunas conversaciones de las enfermeras en el hospital.

Lu Tian Chen, era el fundador y el CEO del Grupo Tian Chen. Cuando era joven, utilizó el estatus de su familia y sus propias habilidades, para establecer con éxito, su empresa actual.

La compañía posee una gran cantidad de negocios en una variedad de industrias, van desde la fabricación de componentes para automóvil, hasta la economía y ahora el entretenimiento.

Si hubiera una industria capaz de generar un ingreso rentable, el inmediatamente la haría pegarse a sus pies.

En la Ciudad S, este hombre es prácticamente una figura legendaria.

En cuanto al Grupo Tian Chen…. Es el lugar, donde Lu Tian, hizo su fortaleza.

Charle, sabía claramente, sobre la enemistad entre Tang Feng y Lu Tian. Pero ahora, Tang Feng lo ha olvidado a él.

Para traer Tang Feng aquí, es algo asombroso. Es lo que pensaba Charles.

Tang Feng, miraba dudosamente a Charles, mientras este se dirigía hacia él, con su radiante sonrisa de caballero.

—Casi lo olvido. Mientras esté en China, voy a estar trabajando en el Grupo Tian Chen. Pero como se olvidó de Lu Tian nada debería suceder, incluso si se encuentran de nuevo. Aun así, todavía eres un empleado bajo su nombre, por lo que, de nada sirve, discutir con él.

Según lo que Charles está diciendo, puede significar, que ¿él quiere ser un mediador?

—Gracias

Si pudiera hacer las paces con Lu Tian, estaría más que encantado.