Vol. 1. Capítulo 88: Él ha vuelto

1K 201 1
                                    

América, América, ¡él había vuelto!

A pesar de no ser su patria, Estados Unidos era el lugar donde Tang Feng había crecido, vivido, luchado y alcanzado la fama.

Después de sentarse durante más de diez horas en un avión, finalmente abandonó el Lejano Oriente y aterrizó en el Oeste. Al momento de bajar del avión, Tang Feng inhaló profundamente. La brillante luz del sol iluminaba el cielo maravillosamente y la brisa fresca era encantadora. Además de sentir un sentido de familiaridad con la tierra, Tang Feng también podía sentir el agotamiento que acompañaba profundamente al jetlag en sus huesos.

—Todo lo que quiero hacer ahora es ir al hotel, tomar un baño caliente y una siesta para recuperar mi energía. Por favor, no me digas que tengo que reunirme con el Director Li Wei en una hora. Me temo que mi apariencia des- cuidada lo asustará. —Cargando su maleta detrás de él, Tang Feng salió del aeropuerto con una sonrisa en su rostro.

Lu Tian Chen se acercó y aceptó la maleta de la mano de Tang Feng. El presidente lucía bastante fresco y enérgico, no parecía estar sufriendo de jetlag en absoluto. Tang Feng estaba bastante celoso de eso.

—Hemos acordado reunirnos con el Director Li Wei pasado mañana. Puedes usar hoy y mañana para ajustar tu horario de sueño. Relájate y no te pongas nervioso. —Lu Tian Chen caminó hacia el lado de la calle y dos autos negros rápidamente condujeron hacia donde estaban parados. Un par de guardaespaldas vestidos de negro salieron y los ayudaron a subir su equipaje a los autos. Xiao Yu y el asistente tomaron el primer automóvil, mientras que Lu Tian Chen y Tang Feng se metieron en el otro.


Tang Feng abrió la puerta del automóvil y se sentó. Mientras lo hacía, dijo con una sonrisa, —Lo último de lo que tienes que preocuparte es de que me ponga nervioso.

— ¿Estás siendo arrogante o vanidoso? —Lu Tian Chen entró desde el otro lado. Existía un divisor negro entre el compartimiento delantero y el trasero del automóvil. Podían hablar y moverse cómodamente sin que el con- ductor o el guardaespaldas los oyeran y/o los vieran.

El compartimento trasero del auto era especialmente espacioso. Había un pequeño televisor y una pequeña nevera llena de alcohol. Lu Tian Chen abrió la nevera y sacó una botella. Le preguntó a Tang Feng, —¿Quieres algo?

Tang Feng negó con la cabeza. No le gustaba beber mientras estaba sentado dentro de un automóvil; lo hacía sentir enfermo. —No es presunción ni arrogancia, sino confianza. Presidente Lu, debe aprender a creer en sus empleados.

—Siempre creí en ti. —Lu Tian Chen se apoyó en el respaldo de su asiento con un vaso de whisky helado en la mano. Inclinó la cabeza hacia atrás y se bebió la mitad del vaso de un trago. La esquina de los ojos de Tang Feng se crisparon mientras miraba la escena.

—Desarrollarás problemas estomacales si bebes así. —El Tang Feng orientado a la salud amablemente le recordó al otro.

—Ya tengo problemas estomacales, —Lu Tian Chen respondió simplemente, pero dejó el vaso a un lado y dejó intacta la mitad restante del whisky.

—Si no sabes cómo controlarte, entonces debes encontrar a alguien que pueda.

Lu Tian Chen inclinó su cabeza hacia Tang Feng, la esquina de su boca levantándose. — ¿Puedes controlarme?


—Me gustaría vivir unos años más. Deberías dejar un trabajo arduo como ese para tu futura esposa. —Tang Feng echó la cabeza hacia atrás y ce- rró los ojos para dormir. Lu Tian Chen sonrió, pero no dijo nada en respuesta.

****

Después de una hora más o menos, el automóvil se detuvo. Tang Feng fue entonces... despertado con un beso por Lu Tian Chen.

Lo bueno de un auto de clase alta como el que estaban sentados, era que, es muy silencioso y estable. Era fácil quedarse dormido en un auto como este. En su sueño, Tang Feng sintió como si de repente hubiera caído en el océano. El agua se precipitaba por todos lados, tragándolo. Él no podía respirar. La falta de aire fresco en sus pulmones comenzaba a ser incómoda. No pudo evitar abrir la boca en un intento de respirar, pero algo suave de inmediato aprovechó la oportunidad de invadir su boca.

Tang Feng mordió sin piedad y posteriormente escuchó un gruñido de dolor a su lado.

Se despertó bruscamente de su sueño y encontró a Lu Tian Chen sentado a su lado con una mano sobre su boca.

—Me mordiste. —Lo suficientemente fuerte como para extraer sangre.

Tang Feng no sintió ni una pizca de culpabilidad por haber mordido a Lu Tian Chen. Se tocó los labios y dijo sinceramente, —Pensé que un temible animal marino había nadado dentro de mi boca.

¿Lu Tian Chen se estaba volviendo loco últimamente? ¿Estaba privado sexualmente? ¿Solitario? ¿O simplemente se sentía aburrido?

Lu Tian Chen levantó la cabeza para mirar a Tang Feng, quien de alguna forma estaba disfrutando la situación. Lu Tian Chen cerró los ojos con


fuerza e intentó ignorar el dolor punzante que provenía de su lengua. —Solo estaba tratando de despertarte. Hemos llegado al hotel.

—El presidente Lu seguro tiene una forma única de despertar a la gen- te. De repente me preocupan los nuevos talentos de nuestra compañía. Oh, olvidé decir, si vuelves a hacer eso, probablemente te arrancaré la lengua. — Después de dejar atrás una advertencia, Tang Feng reprimió su risa y dejó el auto. Cuando vio el lujoso hotel de cinco estrellas, cuya silueta alta y rígida se alzaba en los cielos frente a él, no pudo resistirse a dar un silbido impresionado.

—Presidente Lu, ¿está pagando la compañía por nuestro viaje esta vez? Si planea deducir el costo de mi salario, entonces creo que deberíamos quedarnos en un hotel más barato en su lugar.

Sin palabras y sin preocuparse por su entorno, Lu Tian Chen se acercó, agarró la mano de Tang Feng y lo llevó hacia el hotel. —En realidad, para reducir nuestros gastos, solo reservé una suite presidencial.

Tang Feng expresó que no le importaba. En cualquier caso, había más de un dormitorio y baño en la suite presidencial.


El Rey De La Pantalla De Cine (Vol 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora