XX: Cual eclipse solar (Pt. II)

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Heinrich presentía que faltando un día para el gran baile del fin del ciclo, el salón real debía ser un caos, con sirvientes moviendo muebles de su lugar y colocando los arreglos que consideraban necesarios, y al llegar al lugar, era con exactitud la escena que había imaginado, solo que añadía también al príncipe, que indicaba hacia dónde debían moverse ciertas cosas, y con lo enorme que era el salón y todas las tareas por hacerse, parecía que lo mantenía bajo control.

Uno de los sirvientes apareció ante Benedikt con dos banderines que mostraban la figura de un león alado, y que solo se diferenciaban de sus colores; en una predominaba el rojo y blanco, colores oficiales de Giannir, y en la otra, el dorado y el negro. Para sorpresa del guardia, el príncipe eligió con certeza absoluta el segundo banderín, mientras volvía a revisar la lista que tenía en sus manos.

—¿Te molesta algo? —preguntó Benedikt, dejando la lista para mirarlo, a lo que Heinrich quiso negar para no cuestionarlo de nuevo, pero sabía que era seguro que el príncipe le insistiría en hablar.

—Es solo que pensaba que el banderín con los colores de Giannir sería el más apto...

—Oh, es eso —respondió el chico, pasando la página en la lista solo para encontrarse más cosas que faltaban por alistarse, y volvió a bajarla, como si quisiera ignorarla un segundo y ver solo al guardia—. Bueno, el baile del fin del ciclo es un evento bastante reciente, y no es considerado un acto cívico como tal. Mi padre me dejó a cargo del tema de la fiesta, así que pensé en algo con lo que me sintiera cómodo, como la historia de nuestro país.

»Antes de ser reconocida en su totalidad como el ducado real de Giannir, nuestra nación era una unión imperial representada bajo la heráldica del león alado y el dorado y negro —contó, observando cómo los sirvientes colocaban el banderín que había indicado, apreciándolo en el momento en el que rodó hacia abajo, mostrando la insignia—. Evidentemente, ha sido combinada con la actual heráldica gianesa, que poco a poco ha tomado una forma más minimalista, ya que a menudo el león alado es confundido con el grifo de los caballeros de Avra —explicó, encontrando gracioso el dato, y regresó a mirar al guardia—. Siendo este el símbolo que unió a la nación desde el inicio, y dado a que la intención del baile es la de unir a toda la nobleza en favor de Giannir, pensé que sería adecuado usarlo. Por otro lado, el blanco y rojo se usarán para representar a los actuales símbolos de poder en el país. Como mi persona o también tú, como guardia real. Si es que lo deseas, claro...

Heinrich no supo cómo expresar que había sido convencido por completo con su explicación, pero ante la última sugerencia del chico, asintió enseguida, como si se tratara de otra orden.

—Por supuesto, su alteza. Soy un guardia de Giannir —declaró con firmeza.

Benedikt lo miró por largos segundos, y sonrió al tiempo en que volvía a dedicarse a la lista.

—Me alegra escuchar eso —respondió, como si a pesar de lo serio y ocupado que aparentaba estar, verdaderamente apreciaba cada segundo y conversación que compartían, por pequeñas que fueran. Como si esperase que siguiera siendo así por un largo tiempo.

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Voluntad de hierro (El juramento de los guardianes I)Where stories live. Discover now