Capítulo 33

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RUBY

Justo después de que Scott había salido de forma abrupta, tal vez por la llamada que había recibido, al apartamento llegaron Nitty y Keanu. Fue tan inesperado que Lisa se les quedó mirando a ambos luego de abrir la puerta.

—Dylan nos envió un mensaje diciendo que debíamos estar aquí contigo en estos momentos —explicó Nitty, y mostró que traían unas cervezas para aligerar el momento.

Lisa aceptó, porque si eso había sido idea de Dylan debía ser bueno.

Pero al estar allí durante un rato, era muy obvio que el aire podría cortarse con un cuchillo. No fluían las conversaciones, tanto ella como su hermana parecían inquietas y había demasiados silencios que Ruby no quería llenar, porque estaba teniendo un dilema mental a causa de la pregunta que Scott le había hecho antes de irse. Menos mal eso había sucedido, porque ni siquiera habría sabido qué responder. Es decir, había recibido las instrucciones, pero, ¿cómo lo soltaba de su boca? ¿cómo terminaba con lo que por años la había mantenido viva?

Nitty fue la que decidió romper el hielo.

—¿Ha pasado algo?

Se hizo un solemne silencio. Nitty y Keanu se miraron entre sí.

—Dylan también dijo que nos tienen que contar algo —añadió Nitty.

—¿Algo de qué? —reaccionó Ruby, defensiva.

—Sobre Scott —Nitty se encogió de hombros, medio perdida—. Algo que está pasando...

—Sí hay algo... —murmuró Lisa, y de inmediato Ruby intentó detenerla:

—¡No! ¡Cállate!

Pero Lisa observó a Ruby con aflicción, como alguien que ya no soportaba el peso de la situación. Fue una mirada cansada que le hizo doler el pecho.

—Ya es suficiente, Ruby —le dijo ella con voz quebrada—. Tenemos que hablar. Tenemos que rendirnos. No podemos seguir guardando sus secretos... ni los nuestros.

Ruby tembló. No estaba muy de acuerdo, pero se quedó callada, mirando al suelo. Entonces, quien habló fue Lisa. No supo por dónde empezar a contarles lo que había ocurrido. A pesar de los nervios, logró hilar un par de frases. Sorprendentemente, omitió el engaño a Keanu, la cosa más horrible. A Ruby empezaba a dolerle y a parecerle injusto haber hecho algo así, y percibía que a Lisa también.

Al finalizar la historia, Keanu preguntó tímidamente:

—¿Entonces Scott está en camino?

—Llegará en cualquier momento —asintió Lisa.

Nitty abrió una cerveza. Lisa la miró con el ceño fruncido. A pesar de todo, su amiga estaba relajada, qué actitud más curiosa... y valiente. A Ruby le agradó.

—Que venga, entonces —resopló la chica—. Aquí estaremos esperándolo. A propósito, ¿dónde está Dylan?

—Lo mismo me pregunto yo —Lisa miró su teléfono. Hacía horas no le contestaba un mensaje, ni respondía sus llamadas.

Ruby se estrujó las manos. Sabía que estaba del lado correcto junto a Lisa, pero el miedo que le tenía a Scott era muchísimo más grande. Ahora que Nitty y Keanu supieran mucho, la ponía más nerviosa. Un centenar de pensamientos invadían su cabeza. No paraba de imaginar la cantidad de cosas que Scott podría hacer cuando se enterara de que le habían sacado todo el dinero y que habían revelado parte de sus secretos.

La idea de ese Scott iracundo era tan horrible que incluso ella estaba contemplando una opción B. Si lo de Dylan no funcionaba, le diría a Scott que tenía razón y acataría todas sus órdenes con tal de que no se violentara. Le daría el gusto, pondría nuevamente a salvo su propia vida y la de su hermana, porque Ruby temía, temía mucho a la furia de Scott. Tanto que estuvo a punto de salir corriendo en ese mismo instante.

El misterio de Dylan ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora