Capítulo 20

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DYLAN.

Dylan llegó al campus de la universidad a mitad de la tarde.

Solo que no se veía como Dylan. Se veía como Ruby.

Era la primera vez que él tomaba esta forma, y a decir verdad no se sentía incómodo. Por el contrario, avanzó con total confianza porque cada detalle exterior era idéntico al de la pelirroja: el mismo rostro de rasgos sugerentes, el mismo cabello colorado, los mismos ojos seductores, la misma boca sensual y ese peculiar andar que atraía miradas. Nadie iba a notar que era una copia. Nunca.

Lo peor que podía pasar, era que la verdadera Ruby se topara con él, pero esto no sucedería. Según sus "inexplicables" conocimientos, la chica no había logrado dormir en toda la noche y apenas en la madrugada su cuerpo se había rendido ante el agotamiento.

Esa tarde, en el parque para estudiantes dentro del campus, había un evento de música electrónica. Por esa razón el lugar estaba repleto de gente. Aquello para Dylan significaba: muchos cuerpos, muchas voces, muchas mentes, muchas vidas, lo cual percibía muy distinto a como lo percibía un mortal. Primero, porque percibía por niveles de vibraciones a cada individuo que por allí se paseaba y luego distinguía sus auras.

Sí, él podía leer a una persona sin siquiera intercambiar una palabra, pero por ahora no quería analizarlas. Su objetivo en ese momento era otro: Keanu y Nitty.

Los encontró más rápido de lo esperado. Vio el cabello azul teñido de Nitty, cerca de las mesas de la comida. Estaba hablando con Keanu. Parecía que ella le insistía en algo relacionado a su celular, y que él se negaba mientras intentaba apartarlo.

Dylan se dio cuenta de que el momento para interrumpirlos era inmejorable.

Apenas se les acercó, lo poco que escuchó de ellos fue que Nitty decía: "...solo muéstrame, Keanu".

—¿Han visto a Lisa? —les preguntó la falsa Ruby. Buscó no sonar tan odiosa como la original.

Keanu y Nitty interrumpieron su asunto y la observaron con cierto desconcierto, como si no se hubiesen esperado que ella les hablara. Dylan sabía que no la ignorarían porque aunque ella nunca les dirigía la palabra, ninguno de ellos era una persona grosera.

—Está buscando a Dylan, creo —le contestó Keanu.

—Sí, porque dijo que llegaría hace veinte minutos y no ha llegado —asintió Nitty.

En ese momento, de forma inesperada, Nitty actuó a toda velocidad y le arrancó el celular de la mano a Keanu. Él volteó rápidamente, asustado.

—¡Nitty, dámelo! —le exigió Keanu.

—Nada más quiero ver cuántos mensajes le has enviado —dijo Nitty entre risas, estirando el brazo con el celular lejos de él—. Y qué tan desesperados son.

Keanu rio nerviosamente. Se puso rojo.

A Dylan le entró una vibración fuerte por las emociones internas de cada uno. Nitty: satisfacción, ansias, curiosidad. Keanu: vergüenza, temor, inseguridad.

Claro que no debía demostrar que sabía más que ellos. Tenía que entrar en el tema.

—¿De quién hablan? —les preguntó en voz de Ruby como si no supiera a qué se referían con "mensajes desesperados".

Nitty y Keanu la miraron de nuevo sin entender por qué seguía ahí todavía.

—Ah, es que...

—No, cállate —intentó evitar keanu que Nitty se lo contara a Ruby—. No es nada.

Nitty iba a protestar con diversión, pero de repente apareció Lisa, algo frustrada, tal vez por no encontrar a Dylan. Él capturó las emociones de su aura rápidamente. Lisa sabría solo con verla ahí que Ruby no era la misma. Tal vez no descubriría que era falsa, pero sospecharía algo. La gran pregunta era: ¿Qué diría?

El misterio de Dylan ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora