Escenas extras - La discoteca (Max)

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Estacione el carro en un espacio vacío de la fila que se alineaba junto a la acera cerca de la entrada de la discoteca. Me baje de mala gana y espere a que Jake y Alex se me unieran para proseguir la marcha. No quería salir hoy, algo muy extraño en mí, y razón por la que los gemelos habían insistido en que lo hiciera, yo nunca decía que no a una salida. Ellos creían que todavía seguía de baja por lo que me había hecho Ester, pero eso no era cierto, a ella la había olvidado en el preciso momento que termine con lo que sea que teníamos por querer usarme para regresar con su ex, engañándome a mí en el proceso. Ella era una más del montón al que me gustaba llamar pasado. La verdad, no quería salir hoy por otra razón, se trataba de esta extraña sensación que se había alojado en mi estomago, era una sensación similar a la que tienes cuando olvidas algo pero no sabes que es, como de anticipación, una sensación que te hace pensar que algo está por venir.

Por supuesto, no podía decirle eso a los gemelos, tenía que tragarme esta extraña sensación y seguirles la corriente para que se convencieran que no sentía absolutamente nada por Ester, y la mejor forma de hacerlo era salir de cacería. Si, de cacería, así llamábamos entre los tres a las salidas que hacíamos para conseguir chicas. Algo que se nos daba de maravilla. Tampoco es que fuéramos unos mujeriegos, no prometíamos nada y recibíamos lo que ellas quisieran darnos, o por lo menos eso hacían siempre los gemelos. Yo por mi parte tenía relaciones serias de vez en vez y mientras estuviera con alguien, no salía con nadie más, pero una vez acabado el encanto... ya entendieron, cacería.

Estábamos en el lugar típico para conseguir ligue. Ni tan fino, ni tan de mala muerte, perfecto. Aquí venían típicamente las niñas mimadas que querían una noche de la que se arrepentirían a la mañana siguiente o las mujeres que tenían claro lo que estaban buscando y no exigían más. Aunque estaba este otro grupo de chicas que por causalidades del destino terminaban en el lugar y en el momento menos apropiado, o todo lo contrario. Después de saludar a Julián, el portero, tome asiento en la barra mientras Jake hacia lo propio a mi derecha y Alex a mi izquierda, este ultimo pidió una cerveza para cado uno y se dispuso a echar un vistazo al lugar de la misma forma que lo hacia su hermano, obviamente buscando carne nueva y buena.

Iba por mi quinta cerveza y Alex seguía junto a mí, dándome una mirada condescendiente. El ya había escogido pareja y había salido a bailar al igual que su hermano, pero al darse cuenta que yo no había hecho lo mismo había regresado para ver que me pasaba, yo solo pude negar con la cabeza y encogerme de hombros como respuesta. Por extraño que parezca, esa sensación en el estomago había aumentado de un momento a otro y tenía todos los sentidos en alerta, me sentía irritado y con los nervios de punta. Alex se había quedado a mi lado para tomarse unas cuantas cervezas más y tratar de buscarle solución a mi "problema", ambos seguíamos sentados en la barra dándole la espalda a la multitud que bailaba en la pista de baile cuanto alguien apareció.

- ¿A que no adivinas quien está también aquí? - pregunto molesto Jake apareciéndose de pronto agarrándose de mi hombro y del de Alex. Estaba sudado y agitado, por lo que supuse que había salido de la pista de baile disparado hacia nosotros.

- ¿Quien? - pregunte de vuelta entre dientes.

- Mierda - exclamo Alex quien se había zafado de su hermano y dado media vuelta para quedar frente a la pista de baile mientras escaneaba la multitud.

- Exacto - dijo en acuerdo Jake.

- Nos vamos - anuncio Alex levantándose del todo.

Lanzando un gruñido de satisfacción me levante para seguirlos a la salida sin siquiera interesarme por a quien habían visto los gemelos, mientas más rápido saliera mejor. Me quede paralizado mientras el pensamiento anterior se desvanecía. Era Daniel, los gemelos habían visto a Daniel, mierda. Empecé a ver rojo e hiperventilar asustando a mis acompañantes, por esto querían que nos fuéramos, temían que reaccionara así. Disimuladamente trataron de guiarme a la salida pero no podían moverme del lugar, de repente me habían salido raíces y no había forma de que me moviera ¿o si la había? Observe como Daniel colocaba sus asquerosas manos en los hombros de una chica que se encontraba de espaldas hablando con su amigo, esta se había tensado ligeramente al igual que su amigo. Tenía que hacer algo inmediatamente.

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