Capítulo especial: Matías.

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Matías POV (2 años atras)...

Observe el reloj en mi muñeca el cual me indicaba que mi turno en el parque de diversiones había terminado, también me recordaba que todavía disponía de tiempo suficiente para visitar a mi novia, debía dejar de aplazarlo y hablar con ella esta noche.

Esperen un momento, alto ahí, antes de seguir con esto, creo que lo mas sensato es que me presente. Mi nombre es Matías, me gradué hace dos años y no he empezado la universidad, aun, o eso me digo a mi mismo; solo tengo este empleo el cual paga lo necesario, ni más ni menos. Y sé que puedo sonar como un vago, bueno para nada o como dicen por aquí "viva la pepa" que no pretende nada en la vida, no tiene metas o aspira algo mejor, y puede que, técnicamente, ese sea yo o por lo menos el nuevo yo, el que la vida lo ha golpeado tan fuerte y seguido que no le ha dado tiempo para levantarse. Por eso había tirado la toalla e iba a tomar un tiempo para que volviera a recogerla.

Pero es que, todo había pasado tan rápido que no me había quedado tiempo de preguntarme ¿y ahora qué hago? solo había seguido la corriente. Por consiguiente, me había quedado por más tiempo del que tenía planeado con el trabajo que había aceptado en vacaciones para reunir algo de dinero e ir a la universidad. Había terminado y regresado un par de veces con la misma chica. Nunca empecé la universidad debido a los motivos que me habían sacado fue de orbita provocando que fuera por la vida como un sonámbulo, haciendo las cosas que alguien despierto haría, pero estando en todos los sentidos inconsciente.

- Hasta mañana señor Roberto - me despedí con la misma frase de todos los días mientras me dirigía a la caravana donde se vendían los boletos para marcar mi hora de salida.

- Hasta mañana muchacho - respondió él de manera cordial como siempre lo hacía. Todo era una rutina.

Entre en la caravana y lo primero que vi fue a Max, el hijo del dueño, coqueteado abierta y descaradamente con Carla, la chica nueva que lo ayudaba a vender las entradas. Esta última se encontraba toda sonrojada pero obviamente interesada.

- Es mi hora de salida colibrí - anuncie a Max, lo último era un apodo que le había puesto debido a sus constante picoteo de flor en flor.

- Vuelvo en un momento - anuncio a Carla mientras yo ingresaba mis datos en el sistema para poder irme.

Una vez fuera del sistema, el cual marcaba mi hora de entrada/salida y me aseguraba mi paga, salí de la caravana con Max pisándome los talones. Deje que me siguiera sin decir palabra pues, sabía que quería hablar conmigo. Max podía llegar a ser muchas cosas, pero nunca abandonaba a un amigo. Para dejar constancia de eso les contare algo: muchos consideraban a Max un mujeriego sin remedio, aunque yo lo defendía alegando que aun no le había llegado la persona correcta, (ironías de la vida, quien diría que esa persona correcta era mi actual novia), él acostumbraba acortejar a toda mujer que le pasaba por enfrente, por un lado y hasta a cinco metros a alrededor, y no había nada ni nadie que se lo impidiera. Excepto sus amigos. Y yo era uno de esos afortunados bastardos.

Notaron que dejo de coquetear con su nueva conquista, la chica de la caravana, Carla; apenas me vio entrar. Él sabía que me pasaba algo, y estaba en su código genético ayudar a otros, era como si cada jodida célula de su cuerpo mandara señales desconocidas por el hombre que le indicaban que debía entrometerse en mi vida.  Pocos éramos los que sabíamos de su gran corazón, el cual lo llevaría a cometer hasta actos ilegales si sus seres queridos así lo necesitaban, pero justo ahora lo encontraba fastidioso, mucho más en estos momentos en los que quería estar solo.

- ¿Como lo llevas? - pregunto tratando de sonar despreocupado y desinteresando, aunque él sabía que yo sabía que no lo estaba.

- No muy bien - respondí con honestidad tras un largo suspiro. Para que luchar contra la marea, era mejor decir la verdad y acabar con esto.

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