Capítulo 23

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—Quiero más —balbucea adormilado cuando me aparto de él y, en el momento en que se acerca para morder de nuevo mi labio inferior, su teléfono comienza a sonar.

—Pues... parece que sí que podían interrumpirnos —comento con burla.

—Umm —gruñe—. En cuanto atienda la llamada, continuamos —bromea y ahora quien ríe soy yo—. Es Marcus —Arruga su frente antes de descolgar—. ¿Qué ocurre? —Le habla.

—Acaban de marcharse. ¿Qué diablos ha ocurrido? Nicolle venía hecha una fiera y a tu madre le llegaba la cara a los pies.

Al estar en silencio, puedo escuchar lo que dice.

—No he cedido a sus chantajes.

—¿Qué busca esta vez?

—Lo que lleva buscando desde que la dejé. Volver conmigo.

—Esa mujer te va a traer problemas...

—Lo sé. —suspira—. Nos ha asegurado que, si no recapacito, su familia cancelaría lo que ya sabes...

—¿Y tus padres no han dicho nada?

—A mis padres los tiene aterrados. No se atreven a abrir la boca.

Se pone de pie y camina. Le incomoda hablar de este tema teniéndome delante.

—Ten cuidado, Valentin. Se le está yendo la cabeza —escucho a Marcus exhalar—, y la verdad es que me da un poco de miedo. Me recuerda a... ¿Recuerdas la película del otro día? ¿Esa dónde la chica se queda embarazada de otro solo para hacerle creer al exnovio que es suyo?

—Sí...

—Pues me recuerda a ella, así que no te extrañe que Nicolle intente algo parecido. Vi muchas similitudes entre las dos.

Mis ojos se abren a la vez que miro al vacío. «Oh, Dios mío... Esto cada vez se pone peor. ¿Y si piensa lo mismo de mí?»

—Ya me espero cualquier cosa. Ten cuidado no vaya a querer intentarlo contigo. —bromea.

—Tranquilo, de mí no podría sacar nada. Nerea me está dejando la academia vacía de soldaditos —ríen y, con disimulo, cubro mi cara avergonzada.

—Espero que no se atreva a tanto.

—¿A lo de su familia o a lo del embarazo?

—A lo de su familia, lo de embarazarse con el amigo ya me has dejado claro que no es viable —ríe.

—¿Qué embarazo? —Aunque muy difuminada, distingo a la perfección la voz de Nerea. Debe estar cerca de Marcus y le ha oído.

—Nada, es una tontería de Valentin y mía.

Le responde y por un momento temo que mi amiga crea lo que no es y meta la pata. Aunque después de lo que acabo de escuchar, intuyo que tengo la batalla perdida. En cuanto le dé la noticia, me meterán en el mismo saco que a Nicolle.

—Bueno, si vuelve, me avisas. —Le dice Valentin para cortar la conversación—. Tengo cosas pendientes por aquí. —Me mira sonriente y bajo la mirada—. Nos vemos en un rato.

Se despide y cuando vuelve a sentarse, pasa uno de sus brazos por encima de mis hombros.

—¿Y si nos marchamos ya? —digo sin más y me mira extrañado, pero no tengo la cabeza como para continuar por donde lo dejamos.

—¿Estás bien?

—Sí... es solo que... tengo... estoy empezando a tener un poco de frío —miento.

—Pero, ¿seguro que estás bien? —Nota rareza en mí.

—Sí, sí. Es solo eso. Además, estoy cansada —río para rebajar la tensión.

Cupido, tenemos que hablarΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα