Capítulo 26

5.4K 596 63
                                    

—Verás, Marcus... Es un tema delicado y si no te importa, me gustaría hablar con Valentin primero. Él debe saberlo antes que nadie.

—Valeria —Nerea se dirige a mí—. Lo mismo te da ya. Total, Valentin lo va a saber hoy, y si se lo pedimos, no creo que Marcus se lo cuente. ¿Verdad? —Le mira con las manos apoyadas en las caderas.

—No prometo nada. —Su frente cada vez se arruga más—. Si es algo que le puede dañar, como comprenderéis, no voy a callarme.

—Verás... —Trago saliva. Cada vez me cuesta más hablar—. No sé cómo diablos voy a soltar esto sin que parezca lo que no es. —Exhalo a la vez que froto mis manos para secarlas. Los nervios me están haciendo sudar.

—Suéltalo y punto.

—Es... complicado.

—Da igual. Dilo. —Me presiona una vez más.

—Estoy... estoy embarazada —digo por fin y sus ojos quedan fijos en los míos

Miro a las chicas y están tan atentas a su reacción que ni siquiera parpadean.

—¿Embarazada? —repite perdido en sus pensamientos—. ¿Embarazada...? —Niega llevando los dedos a sus sienes—. ¿Y por qué diablos le estás ocultando algo así? ¿Qué buscas, Valeria? —Su tono acusatorio me hace daño.

—¡Marcus! Esto no es lo que crees. —Nerea sale a mi encuentro y lo hace bastante malhumorada.

—Espera un momento, Nerea, porque después hablaremos tú y yo. —Le pide antes de dirigirse a mí de nuevo y temo que su relación se tambalee—. Si según tú no es lo que creo, esto no habla bien de ti, Valeria. Ni de ninguna de vosotras. —Las señala con el dedo—. ¿Por qué lo habéis mantenido en secreto?

—Porque no sabíamos cómo decírselo. —Me justifico, aunque siento que la batalla está perdida. Me está hablando desde el rencor y temo que pronto deje de escucharme.

—¿De cuánto tiempo estás?

—Mañana cumpliré catorce semanas.

—¡Ja! ¡Catorce semanas! Esto es increíble... —Vuelve a negar—. ¡Joder! Valentin se estaba haciendo ilusiones contigo. —Convencido de que he pretendido engañar a su amigo, cada vez se muestra más cabreado, pero cuando creo que va a perder las formas, logra mantenerse—. Ayer... ayer mismo me dijo que estaba empezando a sentir cosas por ti. —Camina nervioso enredando los dedos en su rizado pelo—. Pero esto lo cambia todo. ¡Maldita sea! Esto le va a doler... Le va a doler mucho. —Frota su cara.

—Marcus... —Nerea lo intenta una vez más—. No es lo que crees.

—Esto no se hace, Valeria —La ignora—. Esto es de ser una mala persona. No debiste dejar que Valentin se acercase así a ti. Y no me vengas con que no lo sabías —Levanta la voz— porque si yo lo estaba notando, tú también. —Se detiene frente a mí—. No imaginas todo lo que estaba dispuesto a... —Al darse cuenta de que está hablando demasiado, cambia de tema—. Se estaba haciendo ilusiones, ¿sabes? Y como es normal, tu silencio solo puede interpretarse como un intento de engaño para atraparlo.

—¿Engañarlo? —Lanzo una risotada sarcástica—. ¿Atraparlo? —Vuelvo a reír—. No tengo ninguna intención de hacer algo así. —Escucho como expulsa el aire por su nariz— ¿Sabes por qué? —Capto su atención—. Porque puedo hacerlo sola. No tendré donde caerme muerta, pero te aseguro que a este bebé no le va a faltar de nada.

—Esto ya es demasiado. —Niega con la cabeza y sé que no me cree.

—Y ahora, respondiendo a tu pregunta inicial, esa de la que te has olvidado ya por estar demasiado ocupado creando prejuicios hacia mí... ¿Sabes por qué la madre de Valentin me pidió que le ocultara el embarazo? —Sus ojos se abren de par en par—. Porque el hijo que espero es suyo. Valentin es el padre. —Un gran silencio envuelve la habitación y continúo para romperlo—. ¡Sorpresa!

Cupido, tenemos que hablarWhere stories live. Discover now