Capítulo 48

4.9K 539 63
                                    

Para evitar levantar sospechas, Marcus y yo salimos a la vez que lo hacen todos, nos despedimos de varios de ellos y subimos a mi coche. Esperamos un poco más y cuando decidimos entrar, recibe una llamada.

—Dame un segundo. —Se disculpa y al ver su cara no hace falta que me diga de quién se trata—. Hola, preciosa. —Nada más descolgar, Nerea grita tan fuerte que por un segundo nos miramos preocupados.

—Marcusss. Marcusss. ¡Tienes un amigo maravilloso! ¡Tenemos casa! Le ha dado una gran sorpresa a Valeria. ¡Y qué sorpresa! —Me busca con la mirada esperando una explicación. Mi madre y yo decidimos llevar esto con tanta discreción que ni siquiera él sabe nada.

—Nerea, cálmate, por favor. No entiendo de qué me hablas.

—Valentin. ¡Valentin le ha regalado una casa a Valeria!

—¿Qué? —Vuelve a mirarme, todavía más impresionado y mientras Nerea le pone al día, su boca se abre—. No me lo puedo creer —relata una y otra vez emocionado—. Em... Nerea... —La conversación se calma—. Ya sé que habíamos hablado sobre esto y acordamos que lo mejor era que no tuviesen noticias el uno del otro, pero... —Mi corazón, como si supiese lo que viene, comienza a aletear en mi pecho—. ¿Está Valeria por ahí?

—Sí, la tengo aquí al lado.

—¿Puede... ponerse un momento al teléfono?

—Marcus... —Niego con la cabeza—. Sabes que no puedo... —susurro.

—Lo sé, pero la situación lo merece. —Escucharle provoca que mi respiración se acelere y, al notarlo, masajea mi hombro. Son tantos los sentimientos que tengo hacia Valeria, que no logro controlarlos. Ansío escuchar su voz, pero estoy tan nervioso, que ni siquiera sé si podré centrarme en la conversación—. Hola, Valeria, ¿cómo estás? —En el momento en que Marcus la saluda, tengo que abrir la ventanilla para oxigenarme—. Me preguntaba si te gustaría hablar unos minutos con Valentin... está aquí conmigo y bueno... creo que ambos lo necesitáis. —Mi amigo me mira a sabiendas de que lo estoy pasando mal y veo preocupación en sus ojos—. ¡Genial! Te paso con él. —Me aprieta el hombro de nuevo para hacerme saber que no estoy solo y cuando me pasa el teléfono, tengo que hacer un gran esfuerzo para controlarme. Mi mano tiembla tanto que, al acercarlo a mi oreja, me golpeo con él.

—Ho... Hola, Valeria —Ni siquiera puedo pronunciar con claridad. Solo ella es capaz de hacerme sentir tan vulnerable.

—Valentin—No parece estar mejor que yo y antes de que pueda continuar, su voz se rompe y comienza a llorar.

—Tranquila, preciosa —digo como si yo fuese capaz de controlarme.

—Ojalá estuvieses aquí —pronuncia ahogada por las lágrimas y ahora sí tengo que salir del coche. Sabía que esto pasaría y no quiero que Marcus me vea así.

—Ojalá pudiese estar. —Sorbo por la nariz—. Te echo tanto de menos...

—Y yo a ti...

—¿Cómo está nuestro bebé? —Necesito sacarla de ese estado. No es bueno para ella.

—Bien —ríe a la vez que llora y mi pecho se atora por las emociones—. No para de moverse. Sobre todo, cuando me siento a descansar. Creo que odia que deje de moverme.

—Si se parece a mí cuando era pequeño, presiento que te va a robar muchas horas de sueño —bromeo. Hablar con ella hace que sienta que no ha pasado el tiempo. Parece que fue ayer cuando hablamos la última vez—. Mi madre siempre dice que los primeros años apenas dormía y me pasaba las noches en vela.

—Oh, Dios. Todo menos eso —ríe y poco a poco noto que ella también se relaja—. Necesitaré descansar para poder trabajar. —Sonrío al recordar que de aquí a unos días solo tendrá que hacerlo si así lo desea. La primera transferencia debería hacerse efectiva a más tardar la próxima semana, solo espero que la acepte—. Valentin... —Cada vez que pronuncia mi nombre, contengo la respiración. Nunca me había gustado hasta que se lo escuché la primera vez—. Esto que has hecho ha sido... demasiado. No tengo palabras para agradecértelo. Las chicas y yo estamos... conmocionadas —Llora de nuevo—. Seremos muy felices gracias a ti. Ojalá hubieses estado aquí, aunque solo hubiesen sido cinco minutos. Me duele el pecho por no poder abrazarte.

Cupido, tenemos que hablarWhere stories live. Discover now