Capitulo 33: Blanco Sangre

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Eran las 7 de la mañana me había levantado con una pereza que hace tiempo no tenía. Me bañe y me puse un vestido que Matt me había regalado. Era blanco en el pecho y la parte baja era azul. Me quedaba bastante cómodo y mucho mejor que cualquier pantalón.

Comencé a hacer las maletas lentamente poniendo en ella toda la ropa que poseía. Los jean que ya no me ponía, las poleras que no me caían y los zapatos que ya no podía usar. Luego comencé con la ropa nueva, las poleras sueltas, ya no eran ajustadas o muchas parecían que traían la barriga incorporada y los zapatos no eran altos sino los más bajos del mercados. Luego de guardar todo baje con cuidado para buscar ayuda. No quería hacer contorcionismo para poder ponerme las sandalias, así que recorrí toda la casa buscando ayuda pero era muy temprano en la mañana por lo cual no se encontraba nadie aun. Volví a subir para comenzar a revisar que no se me olvidara algo. Fui al baño, nada, revise el closet, nada, pero cuando ya estaba convencida de que tenía todo pude ver una pequeña cartera. Estaba sobre una pequeña silla en un rincón del cuarto semi cubierta por una manta. La tome lentamente y pude recordar cual era. La lleve junto a mí cuando fui a la Fiesta de compromiso de Elizabeth, pero estaba segura que la había perdido, pero no era así.

Al abrirlo encontré allí lo que creí perdido hace bastante tiempo. El corazón y la llave se encontraban juntos como si esperaran que llegara yo para poder volver a tomarlo.

Al tenerlos en mis manos no pude evitar recordar el momento en que me lo dio y pensé que el seria quien arreglaría mi corazón, no quien lo terminaría de romper. No pude contener la impotencia que sentir al observar aquellos collares, ver en ellos lo tonta e ingenua que fui por lo que sin demora los tome y me acerque enfurecida al baño lista para lanzarlos a la taza, pero cuando tenía mi mano levantada a un instante de lanzarlos. No pude, mi mano temblaba y mi respiración había comenzado a cortase, haciendo que me costará tanto respirar que me fue imposible seguir, haciendo que cayera al suelo.

─ Estúpida, Estúpida ─ me dije al ver lo afectada que aún me encontraba con todo lo que se trataba de él ─ Te odio Eijin... tú me prometiste que no me lastimarías más ─ solloce al recordarlo ─ por qué no simplemente me amaste solo a mi....

Me dolía tanto el darme cuenta que aún estaba enamorada de aquel hombre y que aún me doliera y sobre todo que fuera a casarse con Elizabeth a pesar de lo que pasamos. Pero no podía perdonarlo, el amor se había combinado con odio haciendo que los sentimientos que tenía por él se volvieran tan confusos que me era imposible entenderlos.

No podía negar que lo que había hecho era tan reprobable e inhumano, que en ocasiones me daba asco pensar que podía sentir algo por él, pero a la vez recordaba las cosas buenas y lindas que me ocurrieron junto aquel hombre haciendo que mi sentimientos se hicieran indescifrable para mí y aún estaba el hecho que llevaba en mi vientre al hijo de él y aunque quisiera eso jamás podría olvidarlo.

Estuve tirada en el suelo durante unos minutos más tratando de descifrar sin mucho éxito mis sentimientos. Ya cansada y con el trasero congelado me puse de pie, removí con coraje algunas lágrimas que se había salido sin poder evitarlo.

Volví a la cama para poder descansar un poco más, ya los bolsos estaban hechos. No quería confundirme más y simplemente volví a meter aquellos collares en la cartera donde estaban, no tuve el valor de tirarlos nuevamente.

Me quede dormida y no me di cuenta de la hora hasta que Katyna abrió con fuerza la puerta y entro de golpe a mi cuarto exigiendo que me pusiera de pie que no me había dado cuenta que hora era y que aún no comía nada.

Me gire un poco para poder ver el despertador y tenía razón. Era la 1 de la tarde y mi vuelo saldría a las 6, pero tenía que estar allí mucho tiempo antes para poder recoger mis boletos y arreglar todo sobre las maletas.

Mi secuestrador..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora