Había vuelto de Inglaterra hace un mes y una visita cotidiana me daría la oportunidad obtener una Diamante en bruto
- Eijin maldito - grito abriendo ruidosamente la puerta de mi oficina. Era Matt G. – Como te atreves a volver hace un mes y ni siquiera haberme llamado.
- Podrías hacer menos ruido cada vez que entres a mi oficina por favor – lo ignore. El entro rápidamente y se sentó junto a mi escritorio. Matt siempre a sido muy escandaloso e infantil desde que lo conozco. El es completamente diferente a mí, yo creo que por eso que somos tan cercanos y aun somos amigos.
- Es que no puedo creerlo. – pauso tratando de verse enfadado – me invitas a venir contigo y luego te vas sin decirme nada. Eres un mal amigo Eijin. – suspiro – aun no entiendo por que soy tu amigo.
- Pues esa pregunta yo también me la hago cada vez que haces alguna tontería – respondí mientras terminaba de revisar algunos de los papeles que se encontraban en mi escritorio – además tenías dinero, podías comprar un boleto de avión y volver a Inglaterra cuando quisieras.
- Na... – negó a su forma – además me la pase muy bien mientras tú no estabas. –dijo tonteando. Se acerco a mi y muy emocionado me pregunto – dime, ¿tienes algún plan para esta noche?
Lo mire desconfiado, cada ves que el preguntaba si tenia planes era para meterme en alguna tontería o para problemas seguro.
- Pues si es para salir contigo, soy un hombre muy ocupado – le respondí sarcásticamente
- Vamos Eijin, yo siempre te acompaño a donde tu deseas. Ahora es mi turno – me rogó. Tenia que darle ese punto, siempre que le pedía algo lo hacia sin negarse o dudar y creo que era hora de que yo hiciera lo mismo. << Maldita sea, espero que no me meta en otro problema por que esta vez si lo mato>>.
- Vale, vale, ¿que quieres que haga por ti? – pregunte resignado dando un gran suspiro. Su cara mostró una amplia sonrisa, le había gusta escuchar mi respuesta y no trato de ocultarlo.
- ¡¡Gracias!! – dijo emocionado – mira, lo que pasa es que hace poco conocí a un anciano muy agradable por accidente. entonces comenzamos a hablar y…
- Espera, espera un momento – lo interrumpí tratando de entender lo que decía. Se encontraba muy emocionado e impaciente por lo que hablaba demasiado rápido y no le podía entender casi nada - ¿de quien mierda me hablas y a que accidente te refieres? – dije seriamente. Ahora era yo el que se encontraba impaciente – Espera... – analice las posibilidades - ¿no habrás chocado mi auto?, no. - le pregunte nervioso.
- Claro que no – me respondió ofendido – además cuando trate de sacarlo, no pude encontrar las llaves.
Lo mire aun desconfiado. Camine hacia la estantería que se encontraba a un costado de la oficina y rápidamente levante un libro. << Vaya así que decía la verdad>> la llave callo a mi mano inmediatamente.
- Pues te falto buscar en los libros – me burle. Me miro sorprendido como si no lo pudiera creérselo. Volví a mi escritorio ignorándolo por completo.
- No puede ser, busque mil veces en ese lugar... – me reclamaba. Lo mire sin poder creer lo que me estaba diciendo. – vale, vale, se que me tienes prohibido meterme a tu oficina cuando tu no estas. – dijo nervioso al darse cuenta que la estaba cagando cada vez mas.
- Bueno si ya terminaste te puedes marchar, estoy algo ocupado
- Que..?!! – me miro sorprendido – pero si acabo de llegar. Además un no he terminado de decirte donde iremos. – se quejo como un niño pequeño típico de el.
YOU ARE READING
Mi secuestrador..
General FictionRomina, luego de haber cumplido su mayor sueño de poder ir a vivir a japón había comenzado a tener una vida muy alegre en ese país. había comenzado a salir con un chico el cual era su primer novio. todo era perfecto asta que un día su vida se cruz...