Mi secuestrador..

Capitulo 29: Enfrentando Los Temores

Comenzaron a pasar las semanas y sin darme cuenta los meses comenzaron a pasar y el ver como mi vientre crecía precipitosamente me sorprendió de tal modo que me era imposible creerlo.  Mi ropa ya no me cruzaba y mis jean mejor ni decir.  Katyna y Matt al percatarse de mi problema  me llevaron por todo tipo de tiendas donde vendieran ropa para embarazadas, pero muy pocas eran de mi gusto.  Bueno, no tenía que ser exigente.

Pero aun no podía estar tranquila. En mi cabeza aún estaba aquella necesidad de irme, pero ahora no era por el hecho de que quisiera estar lo más lejos de Eijin sino la necesidad de poder estar con mi familia o más bien con mi madre. El estar esperando a un bebe me provocó la necesidad de querer tenerla cerca  y no podía controlarlo.  Pero volver a sacar un pasaporte tomaría tiempo y mucho más si no estoy en mi propio país.

No sé qué me ocurría, pero ya no tenía miedo de enfrentarme a él y si tendría que volver a encontrarme con Eijin esta vez sería distinto, ya que, sería yo la que iría hacia él y terminaría de una vez por todas.

Eran las dos de la tarde. Salí a escondida, estaba más que segura que Matt y Katyna no estarían nada de acuerdo con mi decisión, pero para mí era lo correcto. Aún estaba asustada al tener que enfrentarlo con un vientre de 7 meses y medios, pero estaba segura que aquello no me detendría a patearle el trasero si  trataba de detenerme.

Tome un taxi con rumbo directo a la oficina de Eijin. Ya sabía dónde era y en que piso se encontraba aunque no había subido anteriormente, ya había estado allí y Matt no omitió información la primera vez.

Mientras iba de camino no podía evitar temblar al pensar que volvería a verlo. ¿Qué haría? ¿Qué sería lo primero que hablaría? ¿Qué cara podría al verme con un vientre gigante? Todas esas preguntas me carcomían por dentro e impidieron que me percatara cuando había llegado.

Page y me baja rápidamente. Entre temerosa como si todo a mí alrededor se alentara, subí al ascensor, mire los números como pasaban y pensaba que ya no había vuelta atrás que tendría que seguir. Al bajar pude ver un gran pasillo y lo primero que vi fue un gran escritorio con una mujer que miraba el monitor sin percatarse de mi presencia.

Me acerque lentamente y pude verla. Era una mujer en entrada edad con un traje gris y unos lentes  rojos.

─ Disculpe… ─ Dude un segundo ─ Necesito hablar con…

Comenzó a sonar escandalosamente el teléfono.

─ Espere un segundo ─ contesto sin siquiera dedicarme una mirada.

Comenzó a hablar y yo me quede hay mirándola sin entender nada. Me quede unos minutos junto al mesón pero al ver que no tenía  ninguna intención de parar, fui y me senté en uno de los sillones.

─ Creo que tendrá que esperar un largo tiempo si quiere que la atienda ─ comento un hombre que se encontraba junto a mí al sentarme.

─ ¿Disculpe? ─ pregunte confundida

─ Me refiero a la recepcionista. Cuando comienza a hablar no hay quien la pare ─ respondió indicándome a la mujer del mesón.

Al percatarme no pude evitar dejar salir una pequeña risa. Aquel hombre me sonrió de vuelta. Era un señor de entrada edad pero de una apariencia intachable que vestía un pulcro traje negro eñ cual resaltaba su piel blanca y sus ojos azules con su cabello canoso.

─ Espero que no sea verdad ─ comente tímidamente.

─ Hola, me llamo John ─ dijo sorpresivamente estirando su mano

─ Pues... Hola mi nombre es Sophi... No, espere me llamo Romina ─ conteste un poco atarantada al ver que casi me equivocaba.

─Dime, ¿Eres amiga del Hombre que está en esa oficina?