Mi secuestrador..

Capitulo 27: Una Visita y Una Noticia Inesperada

Era día sábado, el sol estaba en todo su apogeo. Me encontraba sola sentada en la terraza tomando los últimos rayos de sol que me otorgaba Londres. Matt y Katyna habían salido  a arreglar algunos detalles de su  boda, la cual se acercaba precipitosamente hacia nosotros. Me apenaba el hecho de no poder asistir al momento más importante de mi mejor amiga, pero era lo mejor, no deseaba estar más aquí. 

Me he encontrado pensado en tantas cosas en este último tiempo que a veces siento que me explotará la cabeza. Pero aun así estaba aliviada, sabía muy bien que solo es cuestión de tiempo para que todo esto terminara.

Estaba comenzado a beber una taza de té que me había traído hace poco la empleada de la casa, pero antes de que pudiera dar el primer sorbo esta volvía hacia donde me encontraba.

─  Señorita. Disculpe que la moleste, pero hay una mujer que la está buscando  ─ Dijo tímidamente igual como la primera vez que la vi.

─ ¿A mí? ─ respondí sorprendida. ─  ¿Pero quién es?

─ No sabría decirle. Le pregunte su nombre, pero ella no quiso responder así que preferir venir a  buscarla.

─ Está bien. No te preocupes yo me encargo.

Me levante y camine hacia la sala de estar. No me imaginaba quien podría ser, no conocía a ninguna mujer en este lugar, pero si me buscaba a mí era porque ella me conocía de alguna parte.  Entre rápidamente al salón y pude ver a una mujer alta, rubia que miraba por el ventanal del salón.

─Disculpe la demora pero…

No pude terminar. Aquella chica se giró ante mí y mi única reacción fue quedarme de pie como piedra junto a la puerta, mientras que Elizabeth me miraba.

─ Vaya, parece que no esperabas verme aquí ─ dijo con una sonrisa en su rostro.

Al escucharla  reaccione y no pude evitar alterarme

─ ¡¿Qué crees que haces tú aquí?! ¡¿Cómo mierda supiste donde estaba? ¡¿Estás buscando pelea?!  ─ grite alterada.

─ Vamos, tranquila, no es bueno que en tu estado te pongas histérica y mucho menos  busques pelea ─ Contestó bastante calmada mientras se acomodaba en el sofá y cruzaba sus piernas.

─ ¿De qué mierda estás hablando?  ─ respondí confundida.

─ Vaya, así que no sabes ─ sonrió como si se regocijaba al escucharme ─ no sé si pensar que eres descuidada o simplemente estúpida.

─ ¿De qué hablas y por qué estás aquí?

─ Vamos, tranquila. No es divertido si te lo digo tan rápido ─ rió ─ Oye, ¿Quieres escuchar algo divertido? Al principio cuando Eijin dijo que estabas en casa de Matt no lo podía creer, pero luego recordé que mi primito es un cretino y supe que era posible, pero lo que aún no me puedo creer es que después de todo lo que ha ocurrido aun estés en este lugar

─ ¿Qué?

─ Pues… ─ se levantó y comenzó a caminar por el salón. Yo no dejaba de seguirla con la mirada, no podía evitar asustarme al verla tan segura y cómoda como si supiera algo que yo no ─ Mira te contere algo. Eijin cuando se emborracha se pone algo hablador ─ comenzó  a reírse  ─ Tengo que admitirlo, cuando lo escuche no podía creerlo.

─ ¿A qué te refieres? ─ pregunté asustada al ver donde se dirigía todo esto.

─ Es que lo sé todo Sophia o tengo que llamarte por tu verdadero nombre Romina.  ─ dijo sonriente al acercarse a mí.

─ ¿Cómo sabes mi nombre? ─ pregunte nerviosa al escucharla.

─ ¿Es que estas sorda Romina? Lo sé todo. Sé cómo conociste a Eijin, se cómo te metiste en todo el embrollo de la subasta  y también sé que él abuso de ti, que lamentablemente te vendiste como una puta para poder venir aquí.