Mi secuestrador..

Capitulo 12 La fuga de Sophia part II

Acelere y pase por el frente de la casa. Pude ver como con rapidez salía Eijin y su amigo mirando incrédulo lo que ocurría. No me detuve, si no que apreté con más fuerza el acelerador. Comencé a acercarme al portón que comenzó a abrirse ante mi acercamiento << deben creer que soy Eijin>>, pensé emocionada, pero de pronto comenzó a cerrarse rápidamente. Al parecer les habían alertado de mi huida.

- Maldita sea – gruñí al pensar que no podría pasar por el portón que estaba casi cerrado.  Acelere con mucha fuerza y pensé que explotaría o algo por el estilo. Pero no me importaba, me acerque con decisión y no me detuve hasta que pude lograrlo.

Pude sentir como un gran remezón choco contra la puerta del piloto, me asuste y pensé que caería en cualquier momento, pero no. La puerta había chocado con el portón que se estaba cerrando y al parecer esta había quedado muy mal trecha.

No pensé en nada, mi mente estaba completamente en blanco, aun no podía tranquilizarme, existía el miedo de ser atrapada en cualquier momento, << estoy segura que el demonio no se quedara tranquilo>>, no dejaba de pensar, Mientras miraba nerviosa por el retrovisor.

Estuve así alrededor de tres horas, no dejaba de tener miedo y estaba segura de que en cualquier momento me daría un paro respiratorio, pero me calme al ver un simple pero hermoso letrero que decía Tokio. Mis ojos se abrieron de par en par, fue como si el alma me volviera al cuerpo y no tarde en dar un grito de alegría.

- Por fin. Por fin – grite emocionada

 Ya en la cuidad no tarde en orientarme. Me dirigí rápidamente a shibuya, ya en ese lugar me baje y decidí ver qué era lo que le ocurría al vehículo. Todos me miraban mientras pasa, de seguro no es tan malo.

-  Oh por dios – dije mientras trataba de controlar un grito. No podía creer lo que mis ojos veían – El demonio si me atrapa me mata de seguro – lleve mis manos a mi cabeza.  El lado del conductor estaba completamente destruido, la puerta se había rajado sin remedio y los rayones y abollones no eran para nada pequeños. – por dios, ¿Qué voy a hacer? – pensé asustada. Comencé a mirar para todos lados y pude ver cómo la gente que pasaba por el lugar me miraba muy curiosa, << mierda, estoy llamando mucho la atención>>. no podía quedarme en ese lugar por lo que decidí tomar las llaves del auto y retirarme.

Comencé a caminar, tratando de pasar desapercibida, pero era imposible, << malditas sea, porque al demonio tiene que gustarle tanto la ropa llamativa>>, el vestido era de dos partes ya que la parte superior es de corte corazón con encaje, mientras que la inferior era una mini roja. Sin mencionar que al ser extranjera y tener un cuerpo bastante desarrollado como toda latina no me permitía ser una más del mar humano que deambulaba por las calles. Comenzaba a cabrearme cuando decidí descansar un poco en un café. Me senté cerca de una ventana que daba a la calle, así podría ver lo que ya no recordaba desde mi encierro. Suspire al sentirme tan tranquila y cómoda, no recordaba ya la última vez que me encontraba tan feliz en salir a un lugar tan concurrido como este barrio, deseaba quedarme así para siempre, cuando recordé el porqué de mi escape. << ¡¡mimi!!>> me asuste al recordarla. Ya había pasado dos meses desde la última vez.  Me levante a toda prisa y Salí del café en dirección a casa.

Decidí no subir al tren ni tomar un vehículo, no quería correr riesgo de nada, tome todo tipo de lugares que estuviese lejos de tanta gente hasta que por fin pude encontrarme a unos metros de mi meta.

Pude verla claramente, destacaba entre todas las demás. Estilo asiático típico y bastante amplia, mucho más grande que las de la zona. Tengo que admitirlo, no sé qué me ocurrió en ese instante al sentirme tan cerca de lo que era mi vida antes de todo. Comencé a caminar lentamente, estaba nerviosa, por mi mente no dejaban de pasar todo tipo de escusas o mentira para responder al interrogatorio que no podría evitar, los nervios y la emoción se hacía casa vez más evidente hasta que pude verla.