Cuando abrí mis ojos solo podía ver una luz blanca que me cegaba, todo era blanco a mí alrededor. Sentía mi cuerpo pesado, tenía mucha sed y mi cabeza no dejaba de doler. Trate de sentarme pero mi cuerpo pesaba mucho
- ¿Dónde estoy? – dije confundida mientras me tocaba la frente. Pude ver mi brazo y tenía conectada unas delgadas mangueras a mi brazo izquierdo y junto a la cama un monitor que no dejaba de sonar. No entendía nada, no podía recordar nada de lo que había ocurrido y este dolor de cabeza que estaba a punto de hacerme estallar, cuando de pronto por la puerta entro Eijin y otro hombre.
- Qué bueno señorita ha despertado - se acercó a mí el hombre de bata blanca
- ¿dónde estoy? – pregunte nerviosa al ver como el hombre comenzaba a revisar mis ojos con una pequeña linterna.
- No se preocupe señorita ahora está bien, se encuentra en un hospital
- Un hospital, ¿por qué? – pregunte incrédula
- Por qué se desmayó señorita y su novio la trajo – dijo sorprendido al escuchar mi pregunta. No recordaba haberme desmayado y mucho menos como llegue al hospital. Mire a Eijin que aún se encontraba junto a la puerta, no entendía por qué no se acercaba << al parecer de verdad no le importo>> pensé. Se encontraba serio, se veía preocupado pero no sabía por qué.
- ¿Señorita recuerda su nombre? – me pregunto el doctor volviendo a llamar mi atención
- Claro que lo recuerdo
- Puede decírmelo por favor
Lo mire indecisa. Mire de reojo a Eijin, él se dio cuenta que lo estaba mirando y rápidamente volví ver al doctor. No sabía si decirle el verdadero o el falso, pero ya no tenía caso ya que el demonio ya sabía todo sobre mí
- Romina S. – respondí
- ¿Su edad?
- 21 años
- ¿Nombre de padre y madre?
- ¿Es necesario? - pregunte hastiada al ver que me encontraba en otro interrogatorio.
- Si señorita, por favor responda – me insistió. Gire los ojos al ver que no podía evitarlo
- Erica M. y José S. – respondí desganada. Al parecer el docto se dio cuenta de inmediato de mi poca disposición a responder a sus preguntas.
- Bueno, esto será lo último que le preguntare señorita para que pueda seguir descansando - Pauso – dígame, ¿recuerda lo que estaba haciendo antes de perder el conocimiento?
- Pues claro, me encontraba tomando un rico desayuno con mi novio. No es así mi amor - respondí irónicamente mientas miraba a Eijin que no dejaba de mirarme muy serio. El doctor lo miro esperando su respuesta. Él simplemente asintió y al parecer eso basto para que quedara satisfecho.
- Bueno al parecer se encuentra bien, aunque le aremos algunos exámenes para salir de toda duda. Al parecer simplemente sufrió una descompensación. Dígame a estado sometida a mucho estrés en su trabajo.
- Claro, mi jefe es un explotador me hace trabajar dos horas al día - me reí y el doctor se río conmigo
- Bueno al parecer su sentido del humor no se ve afectado - me dijo mientras comenzaba a retirarse – volveré para tomar unas muestras de sangre y podrá irse – se fue dejándonos solos a mí y a Eijin.
- Sabes ya no estoy tan enfadada por el acoso – le dije al ver que aún no se movía de la puerta – estoy muy cansada así que no quiero pelear y si piensas quedarte en la Habitación muévete de la puerta.
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Mi secuestrador..
General FictionRomina, luego de haber cumplido su mayor sueño de poder ir a vivir a japón había comenzado a tener una vida muy alegre en ese país. había comenzado a salir con un chico el cual era su primer novio. todo era perfecto asta que un día su vida se cruz...