Capitulo 8 Mi nombre es Sophia.

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Me probé el vestido. Tenía que admitirlo, tenía buen gusto para elegir ropa y sobre todo el tino en tomar la  talla correcta. Me mire un momento en el espejo contemplando lo distinta que me veía a la de hace dos meses. Me deprimí. Decidí no seguir torturándome con ese pensamiento ya que sabía que Sophia no duraría mucho tiempo. Porque  apenas encontrara la forma de huir de este demonio, volvería a ser Romina S. la chica común y corriente que tenía una vida cotidiana pero encantadora junto a su novio y a su mejor amiga.

- Por dios… mimi – grite al recordar que ella no sabía nada de mi desde que los gorilones de negro me secuestraron. Eijin golpeo la puerta al sentir mi grito tan exagerado.

- Oye, ¿te encuentras bien? – pregunto tratando de abrirla. Yo me pise nerviosa al no saber qué hacer. << tengo que ir a ver a mimi. ¿Pero cómo hago para desasearme de este idiota>> pensé nerviosa. Comencé a moverme por todo el baño sin que se me ocurriera nada, mientras él seguía golpeando fuertemente la puerta  - vamos, abre de una maldita vez – dijo más enojado. Lo seguí ignorando cuando de pronto ciento un fuerte golpe como si la hubiesen pateado -  Si no abres en este preciso momento la tiro de una patada esta vez  - grito.  Salte al escuchar el estruendo. corrí para abrirla y él estaba ahí, mirándome de nuevo con ganas de matarme  – ¿porque no abrías? – pregunto. Lo mire nerviosa al sentir su notable enfado. << por dios. como puede ser tan sofocante >>  pensé fastidiada. Me agarro fuertemente del brazo y me giro asía él.

- Por nada. Simplemente estaba terminando de arreglarme – dije entre dientes mientras que el no dejaba de mirarme muy irritado – podrías soltarme de una vez – mire su mano que apretaba fuertemente el mío – esta comenzando a doler. Sabes – arque una ceja con irritación. Me miro confundido al percatarse que tenía la razón. La soltó rápidamente y comenzó a tocar su cabello como si estuviese perdiendo la paciencia. Lo mire confundida << oye, yo debería ser la que estuviese perdiendo la paciencia en este lugar >> pensé más irritada. Gire mis ojos y suspire, él se percató de ese sutil movimiento.

- ¿Ocurre algo? - pregunto secamente.

- Nada, nada – comencé a mover mis manos en negación, mientras el  arqueaba una ceja sin dejar de mirarme – podemos irnos ya  - le dije ya que ahora era yo la que se encontraba impaciente.

Él no dijo nada ya que se percató que me estaba molestando igual o más que él.

-       Está bien vámonos.  – dijo resignado.

Me tomo de la muñeca y rápidamente salimos del cuarto << maldita sea. ¿¡¡¡Es que tiene algo contra mis brazos, no se da cuenta que duele mucho!!!!?>> pensé ya cansada. Bajamos rápido. No hablamos nada. Pasamos por el mostrador sin mirar a nadie pero eso no quiere decir que nadie nos mirara ya que el demonio con cara de ángel es demasiado llamativo para esta sociedad asiática. Eso sí que fastidiaba. Salimos asía la entrada y un botones que se encontraba allí nos miró muy nervioso.

- Trae mi auto – dijo lanzándole las llaves muy pedantemente. Se paró ahí y poniendo su mano en su bolcillo como si nada le importara. Volví a girar los ojos. Me estaba comenzando a molestar esa actitud de aquí vengo yo.

El muchacho no tardo en traer el vehículo y cuado aparecio quede boquea vierta. Era un porsche 918 spyder que aun no estaba en el mercado. lo mire atonita y el no tardo en burlarse de mi.

-       - No te preocupes – hizo una pequeña sonrisa – no te cobrare porque te subas  - ahogo una risa burlona. Me sonroje completamente. era normal, no está acostumbrada a ver tantos autos de lujo. El camino asía él y abrió la puerta y mirándome impaciente pero satisfecho me llamo – oye, ¿ piensas quedarte ahí o tengo que ir por ti? – dijo provocativamente. Reaccione al escuchar su molestosa invitación. Camine rápidamente asía el pero antes de subirme le pregunte.

Mi secuestrador..Where stories live. Discover now