Mi secuestrador..

Capitulo 30: Te daré las razones

Ya había pasado una semana desde que tenía el pasaporte en mi poder y mi antiguo móvil aunque aún no tenía el valor para llamar a mis padres. El miedo a ser interrogada, reprochada y juzgada era tan grande que me era inevitable que templara cada vez que pensaba en ello. Pero tenía que ser realista, tarde o temprano tendría que enfrentarlos, ya que pronto volvería a casa y no pasaría desapercibido un vientre de 7 meses y medios para mis padres.  Pero creo que aún no estaba lista, a veces he pensado que jama estaré lista para decirle a alguien lo que me ha ocurrido.

Tenía que ir a comprar el boleto de avión, pero Matt me convenció de que esperara hasta después del próximo control.

Era sábado por la mañana y apenas me levante de la cama. Ya casi no podía dormir, las construcciones y los movimientos del bebe eran claramente notorios.  Medí un baño rápido y ya con la ropa elegida me vestí con un calza negra y una polera blanca que estaba estampada con las palabras “¿Boy or Girl?”, me parecía bastante divertida así que cada vez que me la ponía, recordaba la cara de Katyna y Matt cuando me la dieron, aunque el hecho de que hubiesen apostado por quien atinaba en el sexo no me causaba mucha gracia. Baje descalza y cuando pude llegar al comedor donde ambos se encontraban le pedí a mi amiga que me ayudara aponerme las ballerinas, casi me era imposible ponerlas solas y eso era lo que más me molestaba por que casi no podía ver mis pies.

Matt se puso de pie inmediato para ayudarme con mi problema, como siempre le sonreía agradecida.  Ya sentada comencé a desayunar y rápidamente Katyna comenzó con sus preguntas.

─ ¿Hoy irán a comprar el boleto? ¿Ya tienes visto que día piensas irte? ─ pregunto mientras jugaba con su comida

─No. Ya que la próxima semana es el control de los 8 meses hablare con la doctora para que me permita volar y me iré. Puede que el viernes que viene.

─ Entonces no hay nada que pueda hacer para que cambies de parecer, ¿no es así? 

─  Lo siento, pero mi decisión ya está tomada ─ respondí fijando mi mirada en ella.

─ Entonces no me queda más opción. ─ comento cabizbaja.

Al ver aquella melancolía en su rostro me entristeció igual que a ella y sin poder decir alguna palabra de consuelo volvimos a comer en silencio.

Al terminar de comer todos nos pusimos de pie y cada uno tomo su camino. Katyna rápidamente huyo de mí y Matt por su parte la siguió sin dudarlo.  Era lógico que lo hiciera, la persona que él amaba estaba dolida y sufría al ver que alguien importante para ella se alejaba.

Al quedarme sola simplemente salí del comedor y lentamente me dirigí a la entrada. No me sentía muy cómoda en esto precisos momentos por lo que decidí salir a pasear al antejardín. El ver los pequeños arbustos y las abundantes flores de distintas clases me produjo una paz que hace bastante tiempo no sentía. Comencé a recorrer cada rincón mientras reconocía cada flor que encontraba en mi camino hasta que no pude evitar fijar la mirada en un inmenso rosal que se encontraba escondido en una esquina al fondo del jardín.

Al acercarme no pude evitar recordar aquellas rosas que cada día recibía por parte de Eijin, el verlas me producían tanta nostalgia por aquellos días en los que creía que era feliz, pero que también vivía engañada. Corte una delicadamente para no pincharme con sus espinas y rápidamente me aleje para no tener que pensar en el hombre que me recordaban.  

Comencé a tocar aquella flor que tenía en mis manos y lentamente comencé a desojarla mientras veía como caían los pequeños pétalos rojos al suelo. Ellos representaban cada momento, cada mes, cada  golpe, lagrima, suplica y dolor que viví durante este año. Todos ellos como esta rosa estaban muriendo y nunca más volvería a revivir. El pensar de ese modo me producía una paz que hace tanto tiempo no tenia en mi interior y no pude evitar que en mi rostro se dibujara en sonrisa de alivio