VIII.

37.8K 2.5K 297
                                    

VIII.

Eres demasiado aburrida, ¿cómo pudiste negarte? —Holden me replicó por segunda vez en la noche mientras estaba sentada en el sofá con él viendo una película un viernes por la noche.

—No lo sé... Simplemente, no lo veía correcto.

—Oh, vamos, Indie, es él quien tiene novia, ¿qué mierda te importa a ti ella? —Holden demostró su total compasión por la raza humana y rodé los ojos, esa mañana tras hablar con Ezra un rato me había invitado a ir al cine con él, a pesar de que 98% de las intenciones de esa invitación fuese para ser amigos, no me sentía bien yendo con él cuando tenía novia, y tras Holden volverse loco sobre que tenía que haber aceptado y echar un polvo, supe que había hecho lo correcto diciendo que no.

—Ella no se merece algo así.

—¿Acaso la conoces? Es más, me has contado que te mira mal por el simple hecho de ser amiga de Ezra. Jesús, Indie, esa chica sí se lo merece.

—No me gustaría que alguien lo hiciese conmigo, así que yo no lo haré. Además, ni siquiera sabemos si esas eran sus intenciones.

—Un chico no invita un viernes por la noche a una chica que a penas conoce para ser amigos, podría decirte que la relación amistosa entre chico y chica es prácticamente imposible sin atracción sexual.

—Pero tú y yo...

—Santa mierda, Indie, yo soy gay, eso no cuenta, no me pondrías cachondo ni aunque te metieses desnuda en mi cama.

(...)

—¿Cómo es eso de que no podrás venir para Navidad? Mamá creo que tampoco va a poder —dije mientras estaba apoyada en el balcón de mi habitación hablando con mi padre.

—Lo siento, Indie, tengo un caso importante en esos días, pero intentaré ir el 28.

—Pasaré la navidad sola, Cara y Holden se van con sus familias, y yo...

—De verdad que lo siento, cariño. —Contuve las lágrimas ante aquello, sabía que desde que mi padre había confesado su homosexualidad y se había separado de mi madre, no había podido tener una Navidad con ambos reunidos, pero al menos si la había tenido con alguno de ellos.

—Es igual, yo...

—Te lo compensaré, hija. —Como siempre, pronuncié en mi cabeza y negué desilusionada.

—Hablamos mañana, ¿vale?

—Está bien. Te quiero. —Suspiré hondamente antes de responder para luego colgar.

—Y yo. —Lancé el móvil sobre la cama y me apoyé nuevamente en el balcón, cerrando los ojos para tranquilizarme, justo en el momento que noté que la ventana de mi vecino se abría.

—Santa mierda —pronunció cuando me vio y observé de reojo como se sentaba en el poyete de la ventana a fumar como ya se le había hecho costumbre.

—Es bueno verte a ti también —hablé con sarcasmo girándome a verle durante un segundo.

—Vas a llorar —dijo de repente sorpréndiendome ante sus palabras.

—¿Qué...?

—Sólo no lo hagas, no sé que mierdas hacer y no es como si quisiera hacer algo al respecto, solo déjame fumar y sufre en silencio.

—Vaya, cuidado, creo que deberías controlar esa empatía desbordante que tienes.

—Parece que alguien está sarcástica hoy.

Inferno.Where stories live. Discover now