Inferno.

XVI.

—No sé qué coño te piens...

—Miles. —Shawn apareció detrás de mí, interrumpiendo su frase, y el mayor me apartó de la puerta para andar hacia el adolescente y agarrarle del cuello de la camisa, llevando su cuerpo contra la pared. Cerré la puerta rápidamente y corrí hacia ellos.

—¿Se puede saber qué haces? ¡Suéltale! —grité agarrando los brazos de Miles e intentando alejarlos de Shawn. Golpeó el cuerpo del moreno contra la pared antes de soltarle y caminó dándonos la espalda y aprisionando parte de su flequillo en un puño que arrastró hacia atrás, acabando en su nuca.

—¿Qué cojones estabas haciendo tú allí de todos modos? —Miles se giró a verme con veneno en sus ojos y sus puños cerrados fuertemente a los lados de su cuerpo.

—Yo sólo... tuve la sensación de que algo estaba pasando contigo, y me acordé del bar en el que te vi cuando fui con Shawn, cuando salimos de ahí, escuchamos voces y pude oír el nombre de Shawn en una de ellas. —Los ojos de Miles se entrecerraron mirándome mientras me situaba delante del adolescente que se encontraba desconcertado, con miedo de que Miles volviese a agredirle.

—Pues adivina qué, ninguno de los dos necesitábamos tú ayuda —escupió las palabras mirándome fijamente con sus profundos ojos negros, pero esta vez no me perdí en ellos.

—Sé que tú estabas bien con Leslie —Su interés en mí se profundizó cuando pronuncié el nombre de la chica con la que estaba en el momento de la pelea—... Pero Shawn sí la necesitaba, y me importa muy poco lo que Abadon signifique o se tenga que hacer para permanecer a él, Shawn está fuera de eso. —Miles miró a Shawn con furia por encima de mi hombro, estaba alterado, su pecho subía y bajaba con fiereza ante su fuerte respiración.

—¿Qué mierda le has contado de Abadon? Maldito novato, pienso cortarte la puta lengua. —Di un paso al frente, colocándome a pocos centímetros de Miles, siendo mi turno de mirarle con enfado, no iba a permitir que le hablase así.

—Vuelves a dirigirte así a él y... —Le señalé con el dedo y agarró mi muñeca, atrayendo mi cuerpo fuertemente hacia él, haciendo que chocase contra el suyo y provocando un suspiro de sorpresa que pude retener.

—¿Y qué? —Sus ojos negros me miraron con desafío, esperando una respuesta que no le di. —Tienes que aprender a meterte en tus propios asuntos, Harris, ¿qué mierdas sabes de Abadon? —indagó analizándome desde cerca y mi mano libre de su toque le empujó, alejándome de él únicamente unos centímetros.

—Te tiene tanto miedo que no me ha contado nada, solo sé que eso existe y, por alguna razón que no me ha querido explicar, le obligas a casi matar a gente. —Miles sonrió cínicamente de lado, únicamente durante unos segundos, para momentos después soltarme.

—¿Acaso te quejas de Abadon, novato? —se dirigió a Shawn aún detrás de mí—. ¿Acaso Valerie se porta mal contigo? Somos lo único que te queda y tú te quejas de ello, si tan poco te gusta vuelve a tu puto orfanato de mierda —soltó aquellas palabras con ira, y me giré a ver a Shawn, el cual ni siquiera podía mirar a Miles a los ojos.

—No me quejo de Valerie, yo solo... No quiero pelear con la gente de Begum, o cualquiera escogido al azar, yo no siento eso que vosotros sentís —se sinceró Shawn aún con sus ojos en cualquier lugar de la sala que no fuese Miles.

—No te vi sufriendo aquella noche que ganaste tus primeros puntos, o todas las que han seguido, novato, simplemente te estás dejando influenciar por toda la mierda de la moralidad de Harris y estás puñeteramente sensible porque tus jodidos padres no han querido que te pongas en contacto con ellos, esto es una puta fase de mierda, deja de hacerle caso a ella porque tener compasión solo va a joderte la vida, larguémonos de aquí. —Pestañeé varias veces, sin ser capaz de creer como Miles podía soltar de aquella manera que sus padres no querían contactar con él, o su forma de tratar a Shawn.