Inferno.

XXXI.

—No creo que sea el momento adecuado para esto. —Fue mi única respuesta, lo último que necesitaba era a Miles volviendo a poner mi mundo patas arribas, mas de lo que ya lo estaba. 

—Esperaré —susurró en la otra línea.

—No quiero que esperes, porque no sé qué voy a querer cuando mi cabeza se aclare.

—Me da igual.

—Miles...

—Voy a esperar, Indie —me interrumpió y podría decir que pocas veces me había llamado por mi nombre, estando de segura de que no habían sido más de cinco—, porque tú creíste que yo merecía la pena, y quiero demostrarte que no estabas equivocada. 

—Que lo digas y lo demuestres es muy diferente. 

—Por eso necesito esa oportunidad, quiero caer por ti como si no necesitase salvación de ello. 

—Pero no ahora.

—Cuando sea que tú estés preparada. 

—Adiós, Miles. —Le escuché respirar y un silencio tomó nuestro espacio hasta que finalmente volvió a hablar.

—Adiós, Harris. 

               (...)

—Hay dos chicos preguntando por ti en la sala de espera, cariño —pronunció mi madre en susurro entrando en la habitación de mi padre, este se encontraba dormido en la cama y yo no me había movido un solo segundo del sillón que había al lado de él—, yo me quedaré con él —se refirió a mi padre—, necesitas un café y despejarte un rato. Ve. —Me levanté echando una última mirada a mi padre antes de salir de la habitación caminando a la sala de espera donde Dexter y Ezra se encontraban observándome caminar hasta ellos para encerrarme en un abrazo de tres. Rei suavemente y suspiré calmada, realmente conseguían reconfortarme. 

—Estás muy guapa hoy, Indie —fueron las primeras palabras que salieron de la boca de Dexter y rodé los ojos ante el halago.

—Sí, ¿verdad? —Me apoyé sobre una pierna y levanté un poco uno de mis brazos luciendo mi sudadera tres tallas más grande de la mía. Dexter sonrió de lado para volver a atraerme a él y besar la cima de mi cabeza. 

—Lo que necesites, ¿está bien? Cualquier cosa que necesites vamos a estar aquí —dijo, y en el fondo estaba agradecida de no escuchar un "todo va a estar bien" pues era lo único que todo el mundo me decía, haciéndome creer que aquello iba a ser verdad. 

—Te hemos traído esto —Ezra llamó mi atención cuando me separé de Dexter y me mostró una tableta de chocolate entre sus dedos—, estoy seguro de que te hará sentir bien.

—Además, el chocolate es un gran sustitutivo del sexo, y todos sabemos que no estás teniendo mucho de lo último recientemente —Dexter se burló consiguiendo sacarme una leve risa y Ezra me observó, pareciendo apreciar la falta de filtro entre lo que Dexter pensaba y decía si aquello causaba una sonrisa.

—¿Por qué no vamos a dar una vuelta? —propuso Ezra señalando con la cabeza la puerta de salida y me encogí de hombros en aceptación. Caminamos fuera mientras Ezra me contaba el horrible tatuaje que Dexter le había diseñado para que se lo hiciese a la vez que su hermano se quejaba diciendo que era exactamente lo que le pegaba, una calavera hecha con flores, "muy chic, como él" fueron las palabras de Dexter. 

—¡Indie! —escuché un grito nada más cruzar la puerta de salida y allí se encontraba Shawn que vino hacia mí para estrecharme entre sus brazos, y es que a pesar de que nuestra diferencia de edad, su altura era similar a la mía, incluso podría decirse que él era más alto que yo.