IX- Take Me To The Fire

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Después de todo lo que había pasado, ya no tenía nada que hacer. Se supone que debería estar ayudando a Dallon, pero Spencer se había encargado de aquello. De alguna manera, no importaba lo que hiciera, Spencer seguía estando a su lado. Podía ser que actuara diferente, pero en el fin, lo seguía ayudando. Y al parecer, eso estaba haciendo con Dallon. Se había dado cuenta de lo estresado que estaba Ryan y había decidido ayudarlo, o algo por el estilo.

Había pasado toda una semana. Cada día, completo, las manillas del reloj corrompiendo la mente del castaño con cada segundo. Estaba averiado. Después de haber ido aquel día al hotel y no haber encontrado a Brendon, todo había ido de mal en peor. Se había escapado. Lo tenía claro. Y lo había sabido desde el principio, que así sucedería. Pero se había dejado llevar por la tentación, por el placer y la oscuridad dentro de esos ojos del tamaño de la Luna. Los labios carnosos del hombre lo habían seducido, habían dicho palabras que lo habían tentado a más no poder con una voz tan suave como el terciopelo y dulce como la miel. En el fondo de su mente, siempre supo que algo así pasaría. Pero era todo su culpa. Por eso tenía que arreglarlo. Y había pasado cada maldito día, buscando en toda la ciudad. Noches completas vigilando cámaras de seguridad, horas paseándose por las calles de la ciudad para ver si podía encontrar algo que le sirviera. Había comenzando a fumar otra vez. Lo había dejado, pero solo porque no le encontraba la utilidad. Ahora, veía el propósito. Una simple calada podía arreglárselas para sacar una incontable cantidad de estrés de sus hombros, y despejarle la mente casi automáticamente. También lo hacía morir. No es como que no lo deseara después de haber cometido un error tan grande como aquel. Esa era una de las mayores razones por la que no quería que aquél novato —Dallon— se entrometiera en su trabajo. Él era nuevo. Él no sabía nada en absoluto. No tenía idea de lo que se estaba metiendo. No era su problema, al final de todo.

Toda esa cantidad de presión que había puesto arriba suyo cuando quería encontrar a Brendon, aquella que parecía haberse desvanecido con aquel lento beso sobre su cuello, ahora parecía haber vuelto, multiplicada por cinco. Aparte de haber vuelto a fumar, había comenzado a beber con mucha más frecuencia de lo que hacía antes. Esto era solamente porque al tener tanto tiempo, cada segundo lo carcomía por dentro, mostrando aquel gran error que había cometido en su mente una y otra vez, destellando en un cartel de neón. El alcohol, bueno, él alcohol ayudaba a alivianar el efecto del fracaso.

Ya había buscado a tanta gente, los había secuestrado, los había torturado y los había matado, pero sin embargo no lograba conseguir ninguna pizca de información. Nada en lo absoluto. Y comenzaba a creer que no era que todos fueran extremadamente leales, si no que en verdad no sabían nada. Juraba que había un punto en que podías distinguir entre los gritos de agonía de "No sé nada" que había escuchado, un deje de verdad, algo de cruda realidad que trataba de apartarlo con el efecto de las bebidas, los cuerpos desnudos y el humo de su cigarrillo consumiendo sus pulmones.

Había tratado tantas cosas, sin embargo nada parecía resultar.
Nada parecía tener sentido en absoluto.

Su mirada se encontraba ligeramente borrosa mientras conducía el Corvette, aunque para ser sincero "ligeramente" era muy poco. Sin embargo lograba concentrarse lo suficiente, con un claro objetivo en su mente. Conducía hacia el departamento de Pete. Aunque él no sabía esto, Ryan conocía su ubicación desde antes que Pete lo conociera. Una botella vacía de whiskey se encontraba a los pies de el asiento del copiloto. Sabía que conducir ebrio era malo, pero no había nada que perder. No iba a matarlo exactamente, si no que iba a interrogarlo. Era literalmente la única persona que todavía tenía una pizca de esperanza de que pudiera saber algo de Brendon. Perfectamente podría seguir buscando y matando, pero no era la idea, al menos no por ahora. Pete tenía un rango un poco más alto, y tal vez pudiera saber algo. En este punto, cualquier cosa le serviría para calmarse un poco.

Karma Police //Ryden//Where stories live. Discover now