XVI- Blank Space

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Su mirada se encontraba perdida en el vaso de vodka en frente suyo. La verdad, eran varios. Tanto alcohol había en sus venas que lo veía doble, incluso triple. Se dejó caer sobre el mesón de la cocina, lentamente. Luego, rosó suavemente sus dedos con la piel desnuda de su torso. No tenía idea que estaba haciendo. Solo estaba él, solo, reprimiendo todo lo que sentía con el alcohol. Pero estaba en el borde, y ya no podía soportarlo. Tomó otro trago del vaso, cerrando sus ojos. Dejó ir un largo suspiro.

Este era el problema. Ryan, él era el gran problema. Nunca quizo dejarse llevar por todo lo que estaba pasando. Solo quería tenerlo cerca, pasarla bien. Pero ahora todo se le había complicado totalmente. Sentía todas las emociones chocar contra su cuerpo como olas cada vez que lo veía, y hace demasiado tiempo que no sentía nada por nadie. Él solo se había dedicado a hacer todo a su alcance para llegar a estar en la posición que estaba ahora. Nunca se había molestado en tener una pareja. Tenía amantes, tantas aventuras y amoríos en todas partes, pero nunca alguien por el que sintiera algo. Y luego estaba Ryan. Y había tratado tanto, tanto de no distraerse. Tanto de no dejarse vencer. Pero ahí estaba, borracho y loco, tirado en el mesón de la cocina, con la vista perdida.
Mirando a la nada, pensando en él. Y no pudo soportarlo más. Cerró los ojos otra vez, relajándo su cuerpo completamente.
Emociones mezcladas, de todo tipo. Eso era lo que sentía. Y sabía que si se dejaba vencer por estas, si se sometía completamente, ya no sería el mismo. Se volverá loco. Sentir de esa manera, sabía que no sería bueno. Pero todo por lo que estaba pasando, todo era por Ryan. Por él haría lo que sea. Nunca había planeado llegar hasta donde ellos habían llegado. Pero podía reconocer que en el fondo, sentía esa peligrosa emoción que los valientes llaman amor.

Y por un momento todo valió la pena. Dejarse vencer, valdría la pena. Había tratado de que Ryan cambiara. Supo inmediatamente que no iba a funcionar. Entonces era él el que tenía que cambiar. No había otra manera de que funcionara. Y en ese momento, fue cuando dio un paso adelante y cayó al precipicio. Ya no había vuelta atrás. Probablemente si es que no hubiese estado ebrio no habría tomado la misma decisión, pero ya estaba hecho. Sintió todas las emociones que había estado reprimiendo invadirlo y aceptó lo que había estado tan aterrorizado de admitir. Estaba enamorado. Después de tanto tiempo, tantos años, lo había logrado. Estaba enamorado de Ryan. Y ahora nunca sería la misma persona.

En ese momento, el viejo Brendon se hundió en las profundidades de su mente para nunca volver. Nunca volvería a ser el mismo. Abrió los ojos y se sentó derecho.

Su primera idea para lograr su objetivo brilló en su cabeza. Nuevamente, si no hubiera estado borracho no hubiera tomado la misma decisión, pero ya no se podía hacer nada. Tomó su celular que se encontraba sobre la mesa bruscamente y marcó el numero que se sabía de memoria. No tuvo que esperar muchos tonos para que Gabe Saporta atendiera al otro lado de la línea.

—¡Gabey!—Exclamó, apoyándose en la mesa mientras se cruzaba de piernas. Gabe hizo un sonido de molestia. Seguía muy confundido con lo que había pasado el día anterior. Además, ese tono particular que tenían los ebrios se encontraba instalado en la voz de su amante.

—¿Si?—respondió, sin prestar mucha atención—. No puedo ir ahora, si eso es lo que quieres.

—Oh, no— Brendon se encogió de hombros, como si Gabe pudiera verlo—. De hecho, quería decir o-otra cosa.

Gabe frunció el ceño, ligeramente confundido. Conocía a Brendon hace mucho tiempo. Literalmente, siempre que estaba con él, lograba confundirlo. Ya debería estar acostumbrado. Sin embargo, seguía sorprendiéndolo. ¿Qué es lo que quería ahora?

—Uh, ¿Qué se te ofrece?—preguntó entonces, tratando de establecer un tono seco en su voz.

—Yo, Gabe, ya no te necesito. He encontrado a alguien...—su vista vagó por su departamento, melancólica—. Alguien especial.

Karma Police //Ryden//Where stories live. Discover now