XXIII - In A Hail Of Bullets

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Once de Abril del 2034, 5:12 PM.

El agente Spencer Smith se encontraba ensimismado en su computador, sentado en su oficina en el edificio del Karma Police.

Dos oscuras ojeras se encontraban bajo sus ojos, un resoplido cansado escapando sus labios. Había gastado tanto tiempo, tantas horas, días, semanas en investigar a Ryan… ¿Y qué? No había conseguido ningún tipo de recompensa.  Era igual de invisible que antes, como si un Ryan imaginario estuviera ahí todavía,  opacándolo como siempre. “Él” lo trataba de esa manera, por último. Después de la muerte de Dallon, el grupo de Kellin, Ian, Kenneth y él habían estado investigando como locos. Era como intentar levantar cada piedra de un río para ver que había debajo. Pero aún así,  ninguno de ellos se esforzaba tanto como él lo hacía. Spencer se lo había tomado en serio, como una investigación de tiempo completo. Los demás solo se limitaban a trabajar en sus horarios de oficina, a veces comentando algunas cosas que le parecía importantes recalcar, cuando la verdad era que Spencer ya las había descubierto hace mucho tiempo. Nadie lo estaba ayudando, los pocos avances que había conseguido habían sido mérito propio, y aún así… “Él” no lo tomaba en cuenta. Lo enfurecía.

Cuando se dio cuenta de que Dallon había muerto, no lo iba a negar, lo había visto como una oportunidad. Ryan era el mejor agente, y después de él, el segundo lugar era para Spencer. Pero cuando llegó Dallon, lo hizo tan bien que de alguna manera había logrado quitarle su segundo lugar, e incluso amenazaba a Ryan con el primer lugar. Cuando murió, un peso disminuyó en sus hombros. Había recuperado su lugar. Claro, esto fue antes de enterarse de que Ryan había sido quien lo había matado. Cuando supo eso, aunque lo lamentó muchísimo, por dentro se llenó de avaricia, dándose cuenta de que el primer lugar caía ahora sobre él. De todas formas, “Él” no lo había tomado en cuenta, y ahora se encontraba ahí, agotado hasta mas no poder, sin el mérito que se merecía. 

Repasaba por milésima vez el  informe que Dallon había hecho. Lo leía otra vez como si de alguna manera podría encontrar algo nuevo de lo que no se había dado cuenta antes. Ahora mismo, estaba leyendo la parte de la juventud de Ryan. Eran unos cuantos datos sueltos, coinsiderando que ninguno de los agentes del Karma Police podía tener acceso a sus historias pasadas —la razón por la que se unieron al Karma police— y debido a esto, Dallon no pudo obtener acceso a la de Ryan. Era entendible.

Ryan había estudiado en Palo Verde Highschool. Le llamó la atención un poco, como si lo hubiera leído antes en algún lugar. Continuó leyendo, sin prestarle mucha atención.  Probablemente era el cansancio que ya lo hacía confundir sus pensamientos. Llegó a la parte sobre Brendon Urie, que la había leído incluso más veces que todo el resto del informe. Era sorprendente cuanto había llegado a odiarlo. De alguna forma, había arruinado su vida, y la imagen tan peligrosa y letal que tanto le había costado conseguir al Karma Police. ¿Conseguir que uno de los agentes del Karma Police traicionara su trabajo solo por él? Eso era otro nivel.

Leyó con una mueca de desprecio en su rostro. El año en el que Brendon había nacido, el lugar, y donde había estudiado. Había sido pateado entre varias escuelas cuando era más joven, ya que siempre encontraba una manera de que lo hecharan. Sin embargo, cuando paso a secundaria, en Palo Verde Highschool, había sobrevivido los cuatro años sin que lo hecharan… Palo Verde Highschool. Spencer se enderezó en el asiento, frunciendo el ceño. Volvió atrás unas cuantas páginas del informe, para confirmar lo que estaba pensando. Ryan Había ido a la misma secundaria. En otras circunstancias no tendriá gran importancia,  pero ahora parecía tan extremadamente relevante que se preguntaba como nadie se había dado cuenta antes, como Dallon no lo había destacado y literalmente nadie lo había tomando en consideración.

Se paró de su siento, trastabillando hasta la puerta de la oficina para abrirla y correr a la oficina de “Él”. Abrió la puerta sin tocar, ganándose un reclamo automático de la persona que se encontraba al interior. No le importó.

Karma Police //Ryden//Where stories live. Discover now