XIX- Curse My Eyes

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Despertó con un suave beso en sus labios. No importaba cuantas veces despertara junto al pelinegro, nunca parecía acostumbrarse. Era como un sueño. Se sentía, muy en el fondo, como si fuera una persona normal.
Como si nunca le hubieran borrado la memoria, como si no hubiera sido entrenado para ser un asesino y le hubieran arrancado todos sus sentimientos. Como si todo el Karma Police no estubiera detrás suyo. Pero nada lo hacía olvidar todo lo que había hecho. Nada hacía que cada vez que mirara sus labios recordara todas las demás personas que el había besado, que había utilizado, igual que a él. Nada haría que se le olvidará su plan o dejará de obedecerlo. Brendon se lo merecía, en el fondo.

Él era todo un personaje. A pesar de que en sus ojos siempre parecía haber lujuria y pasión y manipulaba a todos con su cuerpo, había otro lado de su mente donde se preocupaba por él, lo besaba con cariño y le sonreía sinceramente. Si había sido muy rápido todo lo que había sucedido, pero no podía negar que veía amor en los ojos del pelinegro. Él no sentía lo mismo, pero no se preocupaba. Brendon estaba loco, en fin de cuentas. Y lo haría pagar.

La silueta de Brendon se encontraba sobre Ryan, sentado en sus caderas con gracia mientras ambos descansaban en la cama. Todo estaba posicionado pulcramente en su lugar, excepto las sábanas que habían desordenado la noche anterior.

Sus labios besaban los del mayor con cariño, aunque este no se diera cuenta. Estaba sentado sobre él, usando solamente su ropa interior. Las manos de Ryan acariciaban su espalda delicadamente. Ninguno de los dos podría decir cuanto tiempo llevaban en eso. Ocasionalmente, Brendon frotaría sus caderas sin darse cuenta con las del mayor. Comenzó a llevar un ritmo, a lo que Ryan respondió con un pequeño gruñido. Separó sus bocas.

—¿Quieres llevar esto a alguna parte?—preguntó, suavemente. Su voz hizo que al menor se le erizara la piel.

—No.—volvió a sus labios con cuidado, besando su labio inferior para después tratar de profundizar el beso. Ya habia ocurrido la noche anterior, dos veces. Su trasero dolía lo suficiente. Ryan volvió a apartarlo.

—Entonces yo lo haré.—Respondió el castaño, tomándolo por las caderas suavemente y cambiándolo de posición, para que Ryan quedara sentado arriba de él está vez.

Los recuerdos de aquella vez que Ryan lo había golpeado por dejarle una marca en el cuello se le vinieron a la mente. Sin embargo, no le perturbó. A pesar de que estaba en la misma posición, había sido muy diferente. Sorprendentemente, Las manos de Ryan sujetaron su rostro en vez de sus caderas con extrema delicadeza y comenzó a besarlo de una manera suave y inocente. Era como si no fuera él, y todo esto era por el don de Ryan de poder actuar. No lo estaba tocando, no estaba intentando sacarle la ropa. Solo lo besaba, tranquilidad reflejada en sus orbes color almendra. Todo lo suficiente para hacer creer al pelinegro posibles sentimientos, aunque en verdad lo unico que sentía era odio por esos labios que con tanta suavidad estaba besando. Se veía incluso tierno; Ryan era más alto que él y debía encorvarse más en la cama para poder alcanzar sus labios. Su piel desnuda reflejaba la luz de la mañana.

El pelinegro disfrutaba los labios de Ryan acariciando los suyos lentamente, tan lentamente que mandaban una sensación eléctrica a través de su cuerpo. Sus lenguas se movían en sincronía, los sonidos de la calle colándose por las ventanas. Nunca quisiera parar. Se sentía único, y dudaba que Ryan hiciera algo así otra vez. Se creía cada cosa que Ryan hacía como si fuera totalmente verídico, lo que hacía que un sentimiento alegre se sintiera en su corazón. Caía de lleno en la trampa del menor. Estaba tan concentrado, tan ensimismado... Hasta que se acordó de algo.

Ryan rompió el beso rápidamente, apoyando ambas manos en el pecho del menor y mirándolo a los ojos. No sabía si esto lo favorecería o no, pero si tenía claro que a Brendon le encantaba discutir y podría hacerlo rogar aún más por él. Lo miró a los ojos con una mirada levemente vacía y habló, tratando de poner emoción en su tono de voz.

Karma Police //Ryden//Where stories live. Discover now